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Crónica de : Jose E. Santacara
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Crónica 57 |
Fecha: 2.007-VII-18
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Kilómetros desde Carcastillo: 920
km. |
Transmitida desde: Carcastillo Camino de Santiago-Noia-Fisterra:
920 km.
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Latitud :
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Todos los días, incluso
antes de que amanezca, miles de caminantes llamados popularmente
"peregrinos" se ponen en marcha con sus mochilas a
cuestas, y como si de en gigantesco
ajedrez se tratara van saltando de albergue en albergue, acercándose
al final que no es otro que llegar a Santiago de Compostela y al fin
del mundo: Fisterra (Finisterre). En realidad no es un fin sino una
meta: lo importante es el Camino, el gran río del llamado Camino
Francés que comienza en Donibane Garazi (San Juan de Pie de Puerto-
Baja Navarra) donde junto con Somport confluyen todos los Caminos
Europeos, y al que van a desembocar el Camino Aragonés, el de La
Plata y el de la Costa. A lo largo de los siglos, en especial
durante la Edad Media, el Camino se fue llenando de pueblos,
monumentos, símbolos tanto religiosos como exotéricos muchos de
ellos ya indescifrables paras el hombre moderno, y sobre todo
albergues en los que poder reponer las fuerzas de las muchas veces
agotadoras caminatas diarias. Según la tradición cristiana "ortodoxa"
Santiago (extraoficialmente hermano de Jesús) estuvo predicando el
cristianismo en la península (al parecer sin mucho éxito), y a la
vuelta a Palestina fue martirizado en el año 46 D.C. Dos discípulos
suyos pusieron su cuerpo en una barca sin timón y ésta de forma
"milagrosa" llegó hasta las costas Gallegas, donde enterraron su
cuerpo. 700 años más tarde un anacoreta llamado Pelagio descubrió el
sepulcro y por "inspiración divina" dijo que contenía el cuerpo del
Apóstol Santiago. Allí mismo se construyó una pequeña iglesia, y más
tarde en el siglo XII la catedral románica que aún hoy podemos
admirar. Habían comenzado las grandes peregrinaciones a Santiago de
Compostela, que hábilmente fomentadas, conducidas y dirigidas por
los Cluniacenses hicieron que en su momento de mayor esplendor, allá
por la edad media, más de medio millón de personas al año
llegaran a Compostela en peregrinación, y que incluso rivalizara en
devoción con la misma Roma. Sin embargo todo parece indicar que ni
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restos que están en la cripta
debajo de la catedral son los de Santiago, ni llegaron en una barca;
lo más probable es que sean los de Obispo de Ávila
Prisciliano, que en el año 385 fue decapitado en Tréveris por hereje!. Sus seguidores recogieron su
cuerpo y lo trasladaron a su Galicia natal donde le dieron
sepultura. Su herejía no parece fuese nada del otro mundo, pero en
aquéllos años (y con posterioridad también) la incipiente jerarquía
cristiana no se andaba con bromas con aquéllos que en su opinión se
desviaban de la doctrina oficial. De todas formas cuando el sarcófago fue
descubierto en el siglo IX por el anacoreta que dijo que contenía
los restos del apóstol Santiago, rápidamente la Iglesia certificó su
autenticidad, dando comienzo al legendario Camino de Santiago.
En aquél tiempo transcurría en gran parte por tierras de nadie que
separaban la zona cristiana de la musulmana, y no venía nada mal la
aparición milagrosa de los restos de un apóstol que elevase la moral
cristiana.
En realidad el camino, en sus distintas variantes existía desde
tiempo inmemorial. Se suele decir que Europa, al igual que otras
partes del mundo, se ha hecho caminando, y la península no iba a ser
una excepción. Caminando ha intentado el hombre buscar un sentido a
la vida: "buscar más vida" que dicen algunos, y el ahora llamado
Camino Francés de Santiago llegaba al mar en la costa de la
muerte, hasta el punto más meridional de Europa donde el mar se
junta con el firmamento allá en el infinito, que los Romanos
bautizaron como Finisterre, y los Gallegos llaman en su idioma
Fisterra. El Camino entró en
decadencia en los siglos pasados, pero en las últimas décadas
está teniendo un gran auge debido a nuevas infraestructuras,
albergues, mejora de caminos, seguridad etc. que lo han vuelto
a popularizar, y cada vez son más los peregrinos que lo recorren
andando, en bicicleta o a caballo. Cada uno lleva sus razones que
seguramente poco o nada tienen que ver con las del hombre medieval
que además del factor religioso lo podía hacer por ejemplo, por
poder cobrar |
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una herencia o por conseguir ventajas
o prestigio. Probablemente hoy en día como antaño los peregrinos van
buscando más vida, sienten curiosidad por revivir el pasado con sus
vivencias, "escapar" y evadirse por un tiempo de la rutina en la que
vivimos, y volver a experimentar y a sentir

valores tan ajenos a nuestra
sociedad actual como solidaridad o compañerismo, plasmados en la frase
que continuamente se oye: "Buen Camino". Y cuales eran mis razones?.
Seguramente además de las anteriores, el que ya antes de finalizar la
vuelta al mundo me propusiese hacer este Camino en bicicleta y de nuevo
en solitario, como nexo de unión entre el ya realizado y el
próximo viaje a África. De hecho muchas veces el Camino recorrido
alrededor del mundo durante 3 años, se me ha ido apareciendo de forma
mágica en este otro que ha |
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Itinerario realizado
durado 13 días, en los paisajes, monumentos, firmamento, incluso
en las gentes. Por las noches, al igual que los demás peregrinos,
charlaba con ellos sobre las incidencias de la jornada, y al día
siguiente también al igual que ellos, partía siguiendo la marcha del sol
desafiando a la soledad, la lluvia, los vientos en contra, las cuestas y
los puertos, el frío y el calor, pero también con la satisfacción de
saber que al llegar por la tarde al albergue el final estaba más
cercano. Eso si, salvo algún ciclista con el que volvía a coincidir, los
peregrinos eran distintos, y al igual que en mi anterior viaje este ha
sido un constante "hola y adiós", aunque también he de decir que Alicia
y Peter Pan me han
vuelto a acompañar.
Preparativos
La idea primitiva era haber
iniciado el viaje a mediados de Abril, pero por diversas circunstancias
lo he he tenido que retrasar hasta primeros de Mayo. En realidad mucho
mejor pues Abril ha sido bastante lluvioso y frío, y parece ser que
incluso en Mayo no va a hacer un calor excesivo. Empiezo a entrenarme
con la bicicleta y a veces me asalta la duda de si seré capaz de
realizar el Camino en el tiempo pensado, pues para ello deberé hacer
etapas |
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de 70-90 kmtros por día, y lo máximo que hago por los alrededores
de Carcastillo son 25-30 Km, y algún día como mucho llego a los 40.
.- Bueno ya cogeré la forma durante el viaje- me digo a veces, sin
demasiada convicción, todo hay que decirlo.
La otra cuestión fundamental es la bicicleta: es una de montaña
corriente con 21 cambios, que cambia cuando quiere y la cadena a veces
se cansa de ir en su sitio. Desmonto y ajusto los cambios de marchas,
engraso los ejes de las ruedas y el de los pedales, repaso los frenos,
cambio las 2 cubiertas y por si acaso acolcho el sillín. Coloco
guardabarros de plástico en ambas ruedas, una cesta en el manillar para
llevar las cámaras, comida etc., y una parrilla en la parte de atrás. Me
ofrecen unas bolsas de cuero para colgar a ambos lados de la parrilla,
pero decido llevar mis cosas en una mochila pues pienso será más cómoda de
transportar caso de tener que dejar la bicicleta en la calle para hacer
compras, visitar lugares etc. El día 8 de Mayo recojo la credencial, que
me permitirá tener acceso a los albergues, en Pamplona, y 2 días más
tarde, el 10 de Mayo, me pongo en marcha.
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1º día: Carcastillo-Lerín: 62 km.
Decido unirme al Camino en
Logroño, pero desde mi pueblo son unos 100 km, y para 1º día me parece
demasiado, así que iré hasta Lerín a dormir a casa de un amigo. Me paso
toda la mañana preparando la mochila, y mi experiencia de mochilero
durante la vuelta al mundo me viene muy bien para meter lo más
imprescindible: una toalla, pijama, 2 camisas, un pantalón, bolsa de
aseo, 3 pares de calcetines, chubasquero, saco de dormir, crema solar,
navaja, brújula, cuaderno para escribir las incidencias del viaje,
herramientas para la bicicleta, bomba, cámara, algo de comida:
frutos secos, un bocadillo y fruta. En total unos 9 kilos; las cámaras las
llevaré en la cesta delantera, junto con la chaqueta del chándal.. A las
12,30 del mediodía sujeto la mochila a la parrilla con unos
enganches elásticos, me coloco el casco, y doy comienzo a la aventura.
No hace nada de viento y la temperatura es agradable sin demasiado
calor. Para ser el 1º día

1ª comida en Falces
me lo tomo con calma y a 10 km en Mélida, me
paro en la fuente a rellenar la botella de agua: le |
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echo un poco de sal y bicarbonato para
compensar las pérdidas de minerales. En Falces, a 40
km, me paro en el camino para hacer la 1ª comida del viaje, y cómo
no, aunque el vehículo sea distinto me viene a la cabeza Ibiletxe, y el
recuerdo del gran viaje. A la salida del pueblo tengo las primeras
cuestas, preludio de los puertos que me tocarán subir: no son fuertes,
pero con el calor que hace las gotas de sudor me llenan la cara. A las 5
de la tarde llego a Lerín que está encaramado en una gran roca como si
de un castillo medieval se tratase. Le llamo a Carlos, me viene a
buscar, y nos dirigimos a su casa. Lo primero una buena ducha, y ya más
tranquilo porque la primera etapa, aunque larga para lo que estoy
acostumbrado, la he hecho bien y a una buena media, nos vamos a tomar
unos vinos; después Carlos que es un buen cocinero prepara para los dos una
gran cena. También es un gran viajero: creo que
tiene en su haber unos 14 o 15 viajes a Afríca, y especialmente en
uno de ellos, cuando se recorrió la República Democrática del Congo
(Zaire), estuvo a punto de morir varias veces amén de un sinfín de
aventuras. Le animo a que escriba sus peripecias, pero al parecer es más
una persona de acción que de escribir. Quién sabe, no sería raro que nos
encontrásemos en África.
2º día: Lerín-Azofra: 97 km.
Carlos madruga bastante para ir
al trabajo, así que para las 7'15 ya estamos desayunando. Nos
despedimos, bajo a gran velocidad la cuesta ( que ayer me tocó subir con
bastante esfuerzo)
hasta la carretera general, tomo un camino a la izquierda hasta Sesma, y
a partir de ahí por carretera general hasta Logroño. Paro un par de
horas para hacer algunas compras y comer el bocadillo que me ha
preparado Carlos. Pensaba
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quedarme a dormir en un albergue en Nájera y
de paso volver a ver esta bonito pueblo-ciudad, pero según la guía que
llevo en Azofra hay uno municipal nuevo y con habitaciones dobles, así
que como me encuentro bien y todavía es pronto decido estrenarme allí.
Los últimos kmetros se me hacen largísimos pues ya llevo más de 90, y al
final aparece a la izquierda de la carretera. La entrada al pueblo es de
esos momentos que no

En el albergue de Azofra
olvidas y donde das por buenos todo el esfuerzo del
día. El albergue es pequeño pero muy bonito, incluso tiene piscina, por
primera vez veo muchos peregrinos juntos, y al saludarnos hay como una
cierta complicidad de saber que estamos haciendo algo distinto, como si
estuviésemos viajando en una cuarta dimensión ajena al mundo que
nos rodea. Salgo a cenar y dejo los platos tan limpios que casi no hace
falta lavarlos, y es que he llegado como si tuviese un agujero en el
estómago. Mi compañero de habitación es Inglés; ya lleva una semana
haciendo el Camino, y me pone al corriente de algunos hábitos y
costumbre de él. |
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3º día: Azofra- Burgos: 102 km.
Para las 6 de la mañana, y sin
todavía haberse hecho de día, los más madrugadores empiezan a prepararse
organizando el consiguiente jaleo. Al parecer entre los que van

Plaza de Burgos enfrente de
la catedral
andando
la mayoría prefiere madrugar mucho para terminar la jornada hacia el
mediodía; entre los ciclistas, yo al menos, no tenemos esas prisas, y
dado que soy el único pues soy el último en abandonar el albergue hacia
las 9 de la mañana. Al poco rato y en una cuesta abajo le paso
rápidamente a mi compañero de habitación, y siento como un poco de
remordimiento, pero bien es verdad que cuando subimos cuestas lo pasamos
peor que los de a pie. Al llegar al principio del puerto de la Pedraja,
cojo agua en una fuente y uno del lugar me dice:
.- Con esa gasolina sola no vas a tener suficiente para subir el
puerto!- le miro sonriendo y asiento con la cabeza.
Las últimas rampas se me hacen especialmente duras, pero cuando llego a
la cima me olvido de los sufrimientos y disfruto con la bajada. Aún me quedan unos cuantos kmtros
hasta Burgos
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pero lo peor ya está pasado. Antes de
llegar a la ciudad paro a comer algo en una gasolinera, y a las 5 de la
tarde, y después de atravesar toda la ciudad llego al albergue. Después
de ducharme vuelvo con la bicicleta al centro de la ciudad y es una
gozada poder pasear con ella por el bulevar que discurre al lado del río
y por el laberinto de calles de la parte vieja. Hoy decido cenar de
capricho con cosas compradas en la tienda, pero es tanta la sensación de
sed que tengo, que me bebo un litro de zumo de naranja y me entra un
poco de descomposición: lo que me faltaba pues estoy casi en el
inicio del viaje!
4º día:Burgos-Itero del Castillo: 63 km
A las 9,30 me pongo en marcha y
enseguida me doy cuenta que voy a tener un día desagradable pues hace
bastante viento en contra y amenaza lluvia. Efectivamente cuando solo
llevo 15 km recorridos empieza a llover con fuerza y no tengo
dónde refugiarme. Son más de

Cenando con el ciclista alemán en
Itero
10 km bajo una intensa lluvia y cuando por
fín encuentro un almacén donde cobijarme estoy calado hasta los huesos.
Hay otro ciclista alemán esperando a que pase la tormenta, y me
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comenta que lleva un mes pedaleando
pues ha venido en bicicleta desde Alemania. Al cabo de un rato amaina un
poco y nos arriesgamos a seguir. En lo alto de un pequeño puerto me
cobijo en la marquesina de la parada del autobús, y aprovechando que ha
salido el sol me pongo ropa seca, como un poco, y ya más animado
continúo, eso si, siempre con el dichoso viento en contra. Quería llegar
a Fromista pero con un día como hoy es
imposible. Cuando entro en Castrojeriz para pasar la noche, me espera
una mala noticia: los 2 albergues están llenos!
.- Si quieres te ponemos un colchón en el suelo, pero ya que vas en
bicicleta puedes continuar hasta Itero del Castillo que está a solo 6 km
de aquí. Como está un poco apartado del Camino normalmente suele haber
muy poca gente-.
.- Bueno si solo son 6 km.!- le contesto un poco dubitativo.
Pero después de 10 km nada, y ya empiezo a dudar si voy bien. Por
fin aparece detrás de una colina, y ahora sí a descansar. Solo hay un
ciclista Alemán, y mientras cenamos, bueno yo más bien devoro, nos
bebemos una botella de vino cada uno, y es que son muchas cosas a
contarnos después de toda una vida sin conocernos.. y que seguramente no
volveremos a vernos más.
5º día: Itero del Castillo-Calzadilla de la Cueza: 64 k
Para
cuando me pongo en marcha a las 10, el Alemán hace rato que se ha ido. A
2 kmtros está el puente medieval de Fitero, y en la ermita que hay a su
lado varios peregrinos están desayunando: parece que el tiempo se
hubiese detenido hace varios siglos. El viento en contra sigue pegando
fuerte, pero al ir por caminos se me hace más llevadero. Frómista está
llena de
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peregrinos, como de costumbre su
iglesia románica me vuelve a maravillar, y aunque no se parecen al verla
me viene a la cabeza la

Iglesia románica de Fromista
magnífica catedral románica de Durham; seguramente es un
intento de unir ambos viajes. Sigo hasta Sahagún donde los albergues
están llenos, y a las 5 de la tarde llego a Calzadilla de la Cueza, que
aunque pequeño tiene un buen albergue; la cena es en el bar del pueblo
en plan comunitario, y todos aprovechamos para conversar
animadamente con nuestros vecinos de mesa.
6º día: Calzadilla de la Cueza-León: 83km.
Desayuno
tranquilamente en el bar del pueblo, y a las 9 estoy en la carretera.
Tengo la agradable sorpresa de que el viento ha parado, y aparte de ir
más rápido, me levanta el ánimo que estaba un poco decaído después de 2
días en los que parecía que la bicicleta estuviese lastrada con plomo.
Voy admirando los extensos campos de cebada ya amarilleando, entre los
cuales asoman las torres de las iglesias que delatan los pueblos
escondidos entre los cereales. Es un
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paisaje horizontal, propio de la Castilla campesina. En medio de él me
cruzo con otro ciclista, que por la pinta da la impresión que podría
estar dando la vuelta al mundo: va erguido, sentado majestuosamente en
el sillín, con un banderín en el manillar que anuncia su presencia, y
rodeado de alforjas que cuelgan de las 2 ruedas. Con su pedaleo
cadencioso y constante parece un rey en su trono, y me viene a la
memoria René, el ciclista Franco-Canadiense que conocí en Irán y que
llevaba ya 3 años en su periplo por el mundo. Nos saludamos con la mano,
y en mis adentros le deseo la mejor en su seguramente fantástico viaje.
A las 2 y media de la tarde ya estoy en León admirando su hermosa

catedral, y hoy si, el día me ha cundido y me voy satisfecho a casa de
Eugenio para el merecido descanso: por la tarde visitaremos León y
callejearemos por su casco antiguo.
7º día: León- Astorga: 53 km.
La animada
conversación durante el almuerzo-comida con Eugenio y su sobrino Luis se
alarga casi sin darnos cuenta, y para cuando me pongo en ruta son las 2
de la tarde, así que voy casi sin parar hasta Astorga, a donde llego a
las 5,30. El |
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albergue es un antiguo convento muy
bien preparado con habitaciones para 4 personas, y Astorga una
pequeña ciudad cargada de historia desde que fuera designada capital

Edificio Gaudi en Astorga
administrativa del norte peninsular por los Romanos.
8 día: Astorga- Villafranca del Bierzo:
89 km.
A las 9,15 y después de un buen
desayuno en un bar de Astorga tomo la nacional VI sin percatarme
que me voy desviando bastante del Camino real. Para cuando me doy cuenta
ya es demasiado tarde, y en lugar de atravesar los montes de León por el
monte Irago donde está la Cruz de Ferro, lo hago por el puerto del
Manzanal. La subida se me hace bastante llevadera, y el panorama desde su cumbre es de los que no se olvidan: me
quedo un rato al borde de la carretera observando esta maravilla. Es
zona minera, donde las casas con sus tejados de pizarra me recuerdan a
las alpinas de montaña. Dejo a un lado Ponferrada, y ya sigo por el
Camino hasta Villafranca del Bierzo; el albergue es muy curioso, tal vez
el más original que he
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visto. Está hecho con los materiales
más variopintos, y da la impresión de que en

cualquier momento se podría venir abajo. De todas formas resulta muy
acogedor, y además está abarrotado de gente.
9 día: Villafranca del Bierzo- Samos: 66 km.
La noche anterior
varios peregrinos se han quejado porque según ellos había mucho ruido en
el albergue, y no podían descansar bien para afrontar la "etapa reina":
la subida al Cebreiro. A las 10 me pongo en camino, y al llegar al
puerto veo un camino a la izquierda y pregunto:
.-Por este camino las rampas son fuertes pero es mucho más corto que por
la carretera- me contestan.
Y no es que las rampas sean más fuertes. son impresionantes. Me tengo
que bajar de la bicicleta varias veces y seguir andando, y aquí si que
hubiese necesitado una con más cambios. Además hoy es un día de calor
así que voy bañado en sudor. Sin embargo, al llegar a la cima todo ha
merecido la pena: el pueblo del Cebreiro con sus típicas casas redondas
y tejados de paja rememora a esa Galicia rural y mítica que a partir
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de ahora me acompañará hasta Fisterra. Retomo la carretera pensando que a
partir de ahora será todo bajada pero no es así: aún me queda el Puio
que con sus 1330 m. es el punto más alto. Ahora sí inicio la bajada, en
algunos casos vertiginosa, y al pasar por Samos veo que hay un albergue
en un monasterio a la orilla de la carretera. Son

En la cumbre del Cebreiro
las 5,30 y decido
parar a dormir aquí, pues además llevo el trasero bastante escocido y
deberé comprar alguna pomada. Si todos los días dejo los platos limpísimos, hoy en la cena casi me como hasta el plato y es que el
desgaste ha sido bastante grande.
10 día: Samos- Melide: 81 km.
A las 9,30 me pongo en marcha y
ando bastante molesto para sentarme en el sillín. El paisaje es de
Postal: el Camino discurre entre pequeños pueblos rodeados de vegetación
donde el penetrante olor de los animales lo llena todo. La carretera es
un auténtico rompe-piernas sin apenas un respiro: en cuanto termino de
subir una cuesta ya puedo ver la siguiente que me está esperando
amenazadora, y es que a veces tienen varios km. de longitud. A las
5,15 |
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llego a Melide, dejo todo en el albergue municipal y me voy a
cenar; es la mejor de todas pues me dejan la fuente por si quiero
repetir el caldo gallego: lo hago dos veces.

Camino de Melide
11 día: Melide-Santiago: 66 km.
Esta noche me he tenido que
cambiar de habitación debido a los increíbles ronquidos de una persona.
Hasta las 10 de la mañana no me pongo en marcha y como de costumbre soy
el último en abandonar el albergue. El Camino es muy bonito y va
jugueteando con la carretera: tan pronto va a su derecha como se adentra
en el bosque y vuelve a aparecer a su izquierda; hace algo de frío y la
niebla añade más hermosura a este verde paisaje de mil
tonalidades, salpicado de pequeños pueblos y caseríos. La subidas y
bajadas son continuas, y al final de la última en la llamada cuesta del
Gozo veo por fin las torres de la catedral que preludian la llegada a
Santiago. Los peregrinos van caminando más contentos y charlando
alegremente en grupos, y es que para la mayoría (algunos seguirán hasta Fisterra) las penalidades de los 25-30 días de duro caminar van llegando
a su fin. A las 2,30 llego a la plaza
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del Obradoiro, y como en
anteriores ocasiones me
quedo un buen rato admirando esta maravilla; como una película a cámara
rápida van pasando por mi imaginación los días transcurridos uno a uno,
y me siento satisfecho de la experiencia; quisiera haber seguido hoy
mismo hasta Noia, pero se me ha hecho demasiado tarde. Además Santiago
es una ciudad que bien se merece una visita: empiezo por entrar en la
catedral a través de la monumental fachada del Obradoiro del siglo XVIII,
que parece cobijar y proteger el famoso

Pórtico de la Gloria y la gran catedral, ambas obras maestras del
románico. Los músicos de piedra del Pórtico perfectamente alineados
parecen dispuestos a reiniciar el concierto de
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música medieval que llevan
interpretando desde hace 800 años. Después ato la bicicleta a un poste,
me echo la mochila al hombro y a callejear por la ciudad: es domingo y
su parte viaje está muy animada.
12 día: Santiago -Noia: 42 km.
Noia
fue durante la edad media el gran puerto de entrada en Galicia, y sus
famosas "Laudas"
(lápidas funerarias) esculpidas con figuras

alusivas al gremio de trabajo al que
pertenecía el fallecido dan idea de su importancia. Sin embargo también
aparecen signos exotéricos e indescifrables que nos hablan de la mezcla
de religiosidad y paganismo, de iglesia oficial y tradición
popular que muchas veces no tiene ningún inconveniente en mezclar todo
tipo de creencias. Tal vez por eso (o seguramente) hoy en día Noia está
fuera del "circuito oficial" del Camino, y por qué no decirlo,
precisamente por eso estoy tan interesado en ir a ella. La etapa es
corta: 42 km. y no tengo ninguna prisa en ponerme en marcha. A las 10,30
tomo el camino que me llevará al mar. Justo antes de llegar a Noia hay
una subida de 4-5 km que me hace
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sudar, pero la bajada hasta la misma
ciudad es espectacular. Llamo a Iñigo y Xandra y como con ellos
mientras me ponen al día de la situación en Galicia. El casco histórico
de Noia es muy bonito, con casas hidalgas medievales y
en especial
las Igresas de San Martiño y Santa María a Nova de estilo gótico-mariñeiro.
13 día:Noia-Sardiñeiro de Arriba: 88 k.
Ayer no pude ver las
Laudas, y nada más levantarme vuelvo a Santa María a Nova. Mientras
abren tomo en un bar cercano un café con una pasta y me cobran 80 cm!.
Los grabados de las lápidas, Laudas, son muy diversos: las herramientas
de un carpintero, útiles de albañilería, barcos, personas con el atuendo
de peregrino, signos extraños todavía no descifrados etc. Al verlos la
imaginación vuela, y posiblemente es lo que ha hecho que Noia adquiera
un significado entre lo mítico y lo real. A las 11,30 dejo Noia e iré bordeando
la costa hasta Fisterra. Me preocupo un poco pues es tarde, tengo muchos
km. por delante y de nuevo

Puerto pesquero de Corcubión
viento en contra que me dificulta la marcha.
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Menos mal que la costa, la llamada costa de la muerte por la gran
cantidad de barcos que se han estrellado en ella, es muy bonita y
relajante, así como los pueblos pesqueros que encuentro al paso. Cuando
al fin llego a Corcubión me tranquilizo un poco, pues ahora sí la meta
está cercana; me hubiese gustado llegar hoy mismo hasta Fisterra, pero
anoche Iñigo llamó a unos amigos en Sardiñeiro de Arriba y me paro
a dormir en su casa, a solo 10 km. del final.
14 día: Sardiñeiro de Arriba- Fisterra: 15 km.
Hoy
para ser último día acabo de agarrar un catarro; lo extraño es que no lo
haya hecho antes con las sudadas que me he pegado!. De todas formas la
llegada a Fisterra se me hace un

Fisterra al
fondo por primera vez
pequeño paseo, y la subida al faro ya
no importa. Me acerco despacio, lo miro desde todas las direcciones, lo
saboreo, e intento imaginarme cómo sería la reacción de los primeros
humanos que llegaron a el, cuando América todavía no había tenido la
desgracia de que los Europeos llegasen a ella, y pensaban que ahí mismo
se terminaba el mundo, en este punto el más occidental de Europa. Me voy
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hasta las rocas y delante mía solo
está el mar azul que al fondo se funde con el firmamento. Tengo la
impresión de que allá a lo lejos se ven las luces de New York, o tal vez son las de San Francisco, o las de
Beiging-Pekin, o tal vez podrían ser las de Islamabad o Samarkanda?. No
sé todas están más o menos en la misma dirección, y sea cual sea a todas
les mando un
Delante el Faro de Fisterra: objetivo cumplido
cariñoso saludo, les digo que me gustaría volver a verlas,
y les deseo lo mejor. Me queda hacer el ritual: quemar alguna prenda
llevada durante el
Camino, que supongo tendrá un significado diferente para cada uno.
Mientras arden los calcetines y mis ojos van de ellos al mar y del mar a
ellos, me invade una gran emoción como supongo ocurrió con todos/as que
hicieron antes que yo el ritual, tal como lo atestiguan las |
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miles de rocas ennegrecidas
por las fogatas. Sin embargo seguramente en algo estamos de acuerdo
todos los que hemos hecho este recorrido: que este Camino no es
patrimonio de nadie y a la vez es de todos, que al igual que a otros nos
pertenece por herencia de quienes lo recorrieron desde hace miles de
años, fueran creyentes o no, y que seguiremos caminado "buscando
más vida". En este caso, he seguido la marcha del sol y alcanzado el
lugar exacto de su ocaso, aquí en Fisterra.
La música es Gallega
Crónicas
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En Agosto escribiré la
1ª crónica sobre África: datos sobre ella y posible itinerario. Dada la
situación socio-política existente, estado de las "carreteras" etc. entiendo
no tiene mucho sentido llevar el itinerario cerrado. Estoy convencido que
tendré que hacer más de un cambio sobre la marcha en función de los datos
que vaya recopilando, dada la peligrosidad de
algunas zonas y su inestabilidad. La salida, que será hacia el 10 de
Octubre, la he tenido que ir
posponiendo sobre todo por el tema de las lluvias, pues hay zonas muy difíciles o imposibles
de atravesar durante ellas. Hasta pronto.
África nos espera!!
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