Crónicas   en   directo    

Crónica de : Jose E. Santacara
 

Crónica 48
Fecha: 2.005-XII-10
 
Kilómetros desde Carcastillo: 125.755
Transmitida desde :  Cancún   ( México)                                       Colombia Latitud   : 21º 07 N
Longitud: 86º 48 O

Superada la parada obligada y un poco traumática de Tegucigalpa que entre otras cosas aproveché para hacer una pequeña escapada a El Salvador donde visité el lugar donde asesinaron a Ellacuría y sus colaboradores  y también barrios como El Escalón que con su exhibicionismo  de lujo y riqueza son una bofetada en pleno rostro al pueblo Salvadoreño que a pesar de sus pasadas luchas tiene que seguir batallando por llegar al día siguiente. Pero como no hay mal que cien años dure Ibiletxe va toda contenta, y yo también, con sus nuevos amortiguadores y  su nueva rótula que ya no le duele al pasar un bache, y su flamante rodamiento trasero que nuevamente me deja oír el ruido del motor. El mundo Maya, también tan maltratado por los conquistadores,  me recibió en Copán y todavía me sigue acompañando enseñándome sus secretos en el lago Atitlán, o en las espesuras de la selva con sus magníficas pirámides en Tical, que a pesar de haber transcurrido más de 1.100 años se  resisten a ser absorbidas por la selva que reclama lo que era suyo, y se yerguen todavía arrogantes y orgullosas por encima de las copas de los árboles: ver desde sus alturas cómo la noche va dando paso al inframundo es algo difícil de describir. Al final he atravesado otro país que no estaba previsto: Belice, pero en realidad era el único camino para entrar en México por la costa. Estoy en Cancún que poco a poco va recuperándose de los terribles destrozos que le ocasionó el huracán Wilma hace solamente 40 días  ( un barco de 2.000 toneladas de peso fue arrojado prácticamente a tierra firme y todavía sigue ahí para asombro de los que vamos a verlo), y con la natural excitación pues este domingo, a las 2 de la tarde salgo en avión para Cuba donde permaneceré hasta el 25 de Diciembre.


 

 

En busca de la Paz
       Por desgracia la violencia es lo que más caracteriza a Colombia en las últimas décadas. Detrás de ella, como siempre, las desigualdades sociales, las injusticias y últimamente el narcotráfico que genera al año billones de dólares y tras de cuyo control, de manera abierta o encubierta, andan todos los protagonistas de esta tragedia. Guerrillas diversas (las más activas actualmente son las FARC, también la más antigua, y el ELN), ejército, paramilitares, han protagonizado macabras historias de matanzas, venganzas y contra venganzas, y en medio de ellos la población civil que es la que como siempre ha sido la más perjudicada. No obstante, y aunque las

 

 

escaramuzas continúan en las zonas remotas, parece ser que la situación está más calma y es por lo que he decidido entrar en ella.
Frontera
        No
tengo ningún problema: son muy amables y el papeleo es rápido. El único inconveniente es el típico listillo que quiere estafarme con el cambio de moneda: con decirle que no solucionado.
A Cartagena
       En
realidad al haber subido por Brasil y atravesado Venezuela la entrada en Colombia era obligada para ir a Panamá pues debo embarcar a Ibiletxe, ya que la Panamericana se acaba unos 100 km antes de la frontera con Panamá en la selva del Darién.

 

 

             
 

 

Así que iré hasta Barranquilla pues me han comentado que podría tener Ferry, y si no continuaré hasta Cartagena, desde donde embarcaré en un container a Ibiletxe. En cuanto empiezo a circular tengo una extraña sensación, producto de todo lo que se oye sobre Colombia, los cortes de carretera y secuestros o robos: hay muchos controles y patrullas del ejército que prácticamente no incordian aunque algunos intentan sacar algo. Llego a  Puerto Hacha a orillas del mar Caribe y me bajo para hacer las primeras fotografías: miro a mis alrededores y veo que
    Puentes para el agua en Barranquilla
la gente se desenvuelve de manera normal sin dar la sensación  de que estén atemorizados por algo; no parece ser más peligroso que otros lugares en los que he estado. En la cercana sierra de Santa Marta y al interior si parece que hay algún movimiento guerrillero, aunque la carretera general está segura: es precisamente en esta sierra donde se encontró en 1974 la famosa "Ciudad Perdida", una de las más grandes ciudades precolombinas. Poco han durado

 


                                     Recorrido por Colombia
los peajes baratos de Venezuela: más o menos cada 80 km tengo uno, y son los más caros de todo Sudamérica. Además la carretera está con bastantes agujeros y debo conducir con cuidado. Esta va bordeando la costa por unos parajes con mucha vegetación y llego a Barranquilla, una de las ciudades mayores de Colombia.
Barranquilla
        Llego
hasta el puerto pero me dicen que no hay ferry así que  deberé  seguir hasta Cartagena. Voy al centro de la ciudad bajo una intensa tromba de agua: las calles parecen ríos, y veo cómo colocan maderas para cruzarlas. Es una forma que tienen los más pobres de sacarse algunos pesos si es que uno no quiere mojarse; son escenas duras acrecentadas por la suciedad que el agua es su furia va arrastrando. Termina de llover, aparco y bajo a dar un paseo: la impresión es bastante penosa, con calles en muy mal estado y mucha miseria. Antes de marchar doy una vuelta por la Barranquilla moderna y parece que he cambiado de ciudad: tan grande es el contraste. Ya va

 

anocheciendo y paro a dormir en uno de los peajes: hay unos cuantos policías motorizados pero no me molestan en absoluto.
Cartagena
       Llego
a Cartagena: además de puerto de embarque, su ciudad colonial tiene fama de ser una de las más bellas del continente. En ella confluían las riquezas expoliadas en Sudamérica antes de ser enviadas a Cádiz, y
fue sometida a muchos ataques corsarios tal vez siguiendo el dicho de que "Quien roba a un ladrón cien años de perdón". A partir del siglo XVII se construyeron varios fuertes defensivos y se le dotó de una extensa muralla, edificándose al abrigo de ella la hermosa ciudad colonial. Bordeo la muralla al lado del mar, pues de momento no tengo
tiempo de verla: debo ir al puerto y conseguir un agente para embarcar Ibiletxe. Me arreglo con el primero que estoy: sus honorarios me parecen un poco caros  a pesar de la rebaja, pero me quedo con él; me inspira confianza y eso es muy importante.

 

 

 

Hay embarque todos los jueves, hoy es viernes 7 de Octubre y tendría solamente 4 días para moverme con Ibiletxe por los alrededores y ver algo de Colombia.
.- Qué tal está la carretera hasta Bogotá? Es segura?-.

                              Casas indígenas
La idea de ir a la capital se me ha pasado por la cabeza ahora mismo.
.- Sin problemas, siempre que viajes de día: está muy custodiada por el ejército-. me responde.
.-Entonces embarcaré Ibiletxe el jueves 20 de Octubre y así tengo 10 días para ir hasta la capital y volver-.
Sé que me meto en la boca del lobo pero espero que no la cierre mientras esté dentro, antes de volver a Cartagena.
.- Para la vuelta te prepararemos una demostración de Gaita, la música típica de los Afro Colombianos de Cartagena-. me dice al enterarse de mi proyecto musical-.
.-Te lo agradezco: estaremos en contacto por Internet-
A Bogotá
      Los
nuevos planes por lo que pudiera pasar me

 

obligan a buscarme un contacto en Bogotá: le mando un email a Carlos en Sydney para que me pase la dirección de su amigo en Bogotá y me ponga en contacto con él. Miro en el mapa y decido la ruta: bajaré a Bogotá a través de Medellín, y subiré por Leyva, Bucaramanga y de nuevo a Cartagena. Me pongo en camino rápidamente para aprovechar el poco tiempo de que dispongo, y paso cerca de Lorica y San Pelayo cuna del Porro Sabanero, música también de los negros, pero no me parece prudente adentrarme por el interior además casi anocheciendo. El paisaje es muy bonito, algo montañoso y con
bastantes caseríos: el terreno está mucho más aprovechado que en Venezuela y los peajes siguen siendo una sangría constante.
Medellín
        Me
desvío para entrar y ver  esta ciudad, tan tristemente famosa por las luchas entre narcotraficantes, sobre todo Pablo Escobar, y el ejército; además debo hacer el seguro de Ibiletxe pues ya me han amenazado en varios controles con

 

inmovilizarme hasta que lo consiga.  La entrada son cientos de chabolas perfectamente alineadas en las faldas de las montañas circundantes, que dan paso a la ciudad moderna con sus grandes edificios; se dice que el gran desarrollo de la ciudad se ha financiado en parte con el dinero proveniente del narcotráfico, pero
hoy en día sus calles parecen más o menos tranquilas. Dejo Medellín y me adentro en la cordillera de Los Andes: la temperatura baja ostensiblemente lo cual lo agradezco muchísimo.
Yarumal
       Estoy
adentrándome en la zona del eje cafetero de Antioquía.  Al atardecer entro en Yarumal para dormir; es Domingo y además son fiestas:  los granjeros han bajado al pueblo en sus caballos que aparcan en las entradas de los bares, mientras  ellos beben copa tras copa al son de la música tradicional de la zona llamada Carrilera, melancólica y sentimental que recuerda mucho a los corridos Mexicanos. Es un pueblo pequeño de gentes amables (en un bar hasta me dejan un CD para grabar sus música), donde se bebe mucho

 

 

 

tinto: tazas de café con un poco de leche. Al día siguiente al atardecer y ya cerca de Bogotá debo pararme: un camión se ha cruzado en la carretera y
Caballos aparcados a la  puerta  del   bar   mientras sus dueños beben, en Yarumal
para cuando lo retiran ya a obscurecido ; no me queda más remedio que seguir conduciendo de noche y al final paro en un peaje a 30 km. de la capital.
Bogotá
       Enseguida
empiezan a aparecer los suburbios de Bogotá que aunque humildes están bien planificados y limpios. Según me voy adentrando en la ciudad algo me llama poderosamente la atención: barrios enteros con sus  casas adosadas de ladrillos rojizos y sus chimeneas que denotan una inconfundible influencia Inglesa. Voy a casa de Emilio, me dan su tfno, lo llamo, y me dirijo a su taller: se me hace bastante fácil llegar debido al relativamente buen  cuadriculado de la ciudad. Me reciben Emilio y su mujer Elsa, y me invitan a ir a su casa y dejar Ibiletxe en el taller.
.- Eso ha sido  la explosión de un coche bomba, de vez en cuando todavía ocurren- me comenta Emilio al

 

oír un ruido algo lejano y seco, mientras comemos en "La casa de España".
.- No obstante Bogotá es una ciudad bastante segura- añade.
De momento así lo parece. Por la tarde voy a la ciudad antigua y aparco cerca de la Plaza de Bolivar: es el centro de la ciudad de Santa Fé, origen de la actual Bogotá, y cerca está la casa del Virrey donde se concentraba el poder político y económico en tiempos de la colonia.. Tiene mucho encanto, está bien conservada, y aunque se ve mucho ejército y policía no molestan en absoluto, aunque a veces no dejan sacar fotos de algunos edificios.
Una vez en casa de Emilio su hijo pequeño me cede
                      Con Emilio y su familia
su habitación por el tiempo que esté. Después de la cena con mucha fruta, viene a saludarme Nicolás, Goierritarra, que también lleva muchos años afincado en Colombia.
 .-Mañana vente a mi oficina: tengo un Txoko y almorzaremos allí- me dice.
-Me gusta tu Txoko tropical- le digo al día siguiente al ver en él un rincón lleno de plantas y flores.

 

El aperitivo y el pescado están estupendos, y no digamos nada del chorizo de Navarra y el vino: de momento no me puedo quejar de Bogotá. Se nos hace muy tarde hablando y unas personas que trabajan allá me acercan hasta casa de Emilio. Al día siguiente vuelvo al centro y resulta de lo más agradable pasear por la bien planificada y cuidada Santa Fé: qué
diferencia con Caracas no solamente al comparar sus cascos antiguos sino también ambas ciudades en general!. El 18 de Octubre me despido de Celia y los hijos, y voy con Emilio a su  taller para recoger Ibiletxe. Paso por las oficinas de Nicolás como con   él por última vez y me despido hasta que nos veamos por Navarra donde va con frecuencia.
A Cartagena
       Decido volver por Tunja y Bucaramanga con lo que podré ver Leyva que tiene fama de ser una pequeña ciudad colonial muy bonita; pasaré cerca de Valledupar, cuna de la música Ballenato tan popular en Colombia, para llegar a Santa Marta en el mar Caribe y vuelta a Cartagena. Es ya viernes por la tarde, y debo estar en Cartagena el domingo a las 9 de la mañana para ir a Palenque a ver la fiesta

 

 

 

de tambores de los Afro Colombianos.
Leyva
       Al
poco de salir de Bogotá otro más de los muchos controles:
.-Supongo que como de costumbre será pura rutina- me digo a mí mismo mientras veo la fila de coches
                        En Leyva con Ibiletxe
aparcados.
.-Salga de la camioneta- me dice un soldado muy joven.
.- Dese la vuelta y ponga los brazos contra la camioneta-. e intenta registrarme.
Me vuelvo y le digo de mal humor:
.-Oye a mí tu no me cacheas! Soy un turista!-.
.-Debo ver si lleva armas- me dice un poco azorado.
Se acerca otro soldado, me sonríe y me dice:
.- No se preocupe, es pura rutina- echa una ojeada dentro y me hace la señal para que continúe. A Leyva son  solo 160 km. pero debo pagar 4 peajes de 2 $ cada uno!, y por supuesto con grandes agujeros en la carretera. Por lo que me han comentado el arreglo de ellas en la práctica es un monopolio de una empresa que lógicamente no da abasto: nadie se explica por

 

qué ponen tantas trabas a que otras empresas participen en las reparaciones. Entro ya de noche en Leyva y aparco en la plaza: es inmensa y los bajos edificios coloniales que la circundan la hacen parecer mayor todavía. Faroles de época iluminan tenuemente los edificios, y amparados en la semioscuridad aún es mayor la sensación de estar en el siglo XVIII; el pie dolorido me impide pasear todo lo que quisiera, pero la agradable sensación de estar en este bonito pueblo lo compensa todo. Al día siguiente con la luz del día me dedico a escudriñar en todos los bellos rincones y plazas, pero debo partir para Bucaramanga pues la distancia a Cartagena es mayor de lo que pensaba: unos 1.000 km. Atravieso un impresionante puerto de
                       Quebrada Chicamocha
montaña que me saca de los Andes y me devuelve otra vez al espantoso calor tropical. Debo conducir toda la noche con 2 pequeñas paradas de media hora para dormir algo, pues no puedo ir demasiado rápido ya que los agujeros en la carretera con la oscuridad son como pequeñas trampas mortales, y las llantas de Ibiletxe dan fe de ello. Llego a Barranquilla cuando empieza a amanecer, y para las 10 de la mañana estoy

 

en Cartagena
Palenque
        Este
pueblo fue fundado por los esclavos cimarrones que se escapaban, y al haber estado aislado (la carretera se construyó hace solamente unos años),  han conseguido mantener bastante intactas sus costumbres, cultura y sobre todo sus
músicas. Incluso hablan un patois mezcla de castellano y lenguas africanas. Hoy la negritud del pueblo se ha roto por la gran cantidad de turistas que han venido a ver los bailes. Hay mucha variedad de danzas y ritmos, acorde con la procedencia de los esclavos de distintas partes de África: los tambores son omnipresentes, a veces suenan flautas, y un grupo se acompaña también de la Marimba, especie de silofón grande de origen Africano, y que aparece por 1ª vez en este viaje.
Cartagena
 
     Al siguiente día, 17 de Octubre voy a ultimar el tema del embarque: como de costumbre se retrasa, y si todo va bien será el día 23. Ya me puedo dedicar a saborear Cartagena, que entre una cosa y otra se me

 

 

 

lleva resistiendo casi 2 semanas. La Cartagena moderna se va acercando al millón de habitantes, pero protegida por sus murallas se encuentra la joya de la Colombia colonial: Cartagena de Indias. Fundada en 1533 y debido a su privilegiada situación, pronto se convirtió en el puerto donde se guardaban los tesoros
americanos antes de ser enviados a la península. Precisamente por ello, y tal siguiendo el refrán de que " Quien roba a un ladrón cien años de perdón", sufrió muchos ataques de los piratas; en el siglo XVII se le dotó de robustas murallas construyéndose varios fuertes en los alrededores, y a su abrigo surgió la hermosa ciudad colonial que salvo algunas barbaridades arquitectónicas modernas conserva todo su encanto. La plaza de Bolivar, la de La Aduana, o la de la Puerta del Reloj son como museos al aire libre a donde desembocan las calles con sus grandes balcones de madera y sus aleros que a veces casi se juntan en las alturas. Esta vez no me importa llevar el pie dolorido, pues Cartagena hay que verla despacio, recreándose no solo en ella sino también en sus habitantes, negros en su mayoría. En la plaza del

 

Reloj está el bar Fidel y es una delicia tomar una cerveza casi helada mientras suena la salsa, siempre salsa, y la gente baila con una estética depurada como si fueran unos profesionales, pero es que aquí el baile es algo consustancial con la vida misma. Uno de los días mientras tomo  una cerveza en un bar popular (están también los de los turistas) se me acercan varios muchachos:
.- Dame un pan- (los he comprado para cenar en el hotel).
.- No, los necesito yo, si quieres te doy dinero para que compres en la tienda de enfrente-.
Y efectivamente, entran en la tienda, lo compran y se lo comen con las sobras que ha dejado un cliente en el bar. Por la forma de comer tienen hambre, auténtico

                       En la fiesta de Palenque
hambre.
.-Nadie se preocupa de daros de comer?- le pregunto a otro al día siguiente en la calle.
.- No, en todo caso nos castigan y pegan por ser pobres.
Mientras estoy sentado en la acera de una tienda tomando una cerveza para aplacar  el  calor  sofocante

 

(sale más barata), pasan unos turistas en un coche de caballos y nuestras miradas se cruzan, pero de repente me doy cuenta que estamos muy muy lejos unos de otros. Su carruaje y yo estamos en la  Cartagena real, pero ellos ciertamente no sé muy bien dónde están.
El domingo 23 de Octubre, a la vez que Ibiletxe sale para Colón de Panamá en su oscuro cajón metálico, yo voy al aeropuerto para viajar a Panamá capital;  son casi 10 meses desde el último vuelo a Bs As, y
    Algo a no perderse en Bogota: el museo del oro
hasta el último momento siguen los fuertes peajes: 40 $ por dejar el país!. El registro antes de partir es bastante riguroso pero correcto.
Adiós Colombia
        Bueno
al final no era el león tan fiero como lo pintaban, y parece que la calma va volviendo poco a poco al menos a la mayoría del país después de tantos años de sufrimientos y matanzas, aunque me da que

 

 

 

por desgracia  el conflicto va a seguir larvado sin visos de solución por el tema de la droga que tal como está planteado no tiene solución. Son  mucha gente detrás de sus multimillonarios beneficios: carteles,
             Ciudad vieja de Santa Fe (Bogotá)
empresarios, intermediarios, guerrillas etc. y los gringos con la excusa de ayudar a solucionar el problema metiéndose cada vez más y más en el país. Demasiados intereses y al final el tema de la droga, la lucha contra ella, parece una buena excusa para conseguir otros fines. Hay cosas que no se ven muy claras como cuando tu  actual presidente Uribe,  que después de derogarse la ley que vetaba su posible reelección se vuelve a presentar,  dice que: " El TLC (tratado de libre comercio con EEUU) lo vamos a firmar y a aplicar rapidito aunque se venga el mundo encima".  Por lo demás tienes un país precioso, aún se hace más atractivo por los pocos turistas que hay, y tus gentes son muy amables y hospitalarios. Suerte porque creo que te va a hacer mucha falta, y procura ser dueña de tu destino.

 

Música
       La
música Colombiana al igual que la Venezolana es de una gran variedad y riqueza, debido a la fusión de la traída por los esclavos negros de África con las procedentes de Europa (sobre todo de la península) y en menor medida con las de los pueblos indígenas. . En la zona caribeña la Champeta, Gaita y Tambora, Cumbia está muy influenciada por  los Afro Colombianos y a veces es únicamente eso: sones Africanos. El Porro Sabanero, más al sur, utiliza instrumentos de viento y es muy sensual con sus movimientos de caderas mientras se lleva una vela en la mano. En el eje cafetal, sur de Medellín, Antioquia,
                  Trompeta de oro precolombina
Cali, la música Carrilera y la del Despecho (llamada así graciosamente pues todas las letras son sobre males de amores, abandonos etc.) son muy melancólicas, se parecen mucho a las Mexicanas y son de clara influencia Europea, y en la frontera con Brasil y Venezuela la música Llanera recuerda mucho a la de este último País. Sin embargo por encima de todas 

 

ellas está el Vellenato con sus 4 variantes de: paseo, puya, merengue y son. A todas horas se escucha, y de ser música de Valledupar a pasado a ser música nacional. Si en Venezuela el trío era: Salsa, Merengue y Regetón, aquí  a  pasado  a  ser:  Salsa,  Vallenato  y Regetón.
Los instrumentos más típicos son para la música de influencia Africana los tambores y una gaita muy particular, y las de fusión aparte de los tambores introducen trompetas, clarinetes, saxos, bombardinos (el Porro) o la acordeón, guitarras (y sus variantes: el tres, cuatro cinco etc.) o violines como en el Vellenato. Para la música Llanera, al igual que en Venezuela se utiliza el arpa, cuatro y maracas.

                          Danzando en Palenque
Las 2 músicas de la crónica son un Porro Sabanero y una Cumbia: vayan en homenaje a los Taionas, Muiscas, Cunas, Emberas y los 80 grupos aborígenes del país.

 

 
                                       Yarumal
 
                   Casas de estilo inglés en Bogotá
 
                                           Leyva
 

 
                                         Leyva
 
                         Miseria en Colombia
 
                           Que estará pensando?
 

 
                        Despedida de Nicolás
 
                        Pescando en Cartagena
 
         Despedida de Emilio con el Agur Jaunak
 
 

   
 DATOS  PRÁCTICOS SOBRE :  
Colombia   

Esta sección será una actualización de datos prácticos que se pueden encontrar, y muy completos, en la web Ruta de los Imperios:
 
http://www.ruta-imperios.com/ 

Visado                                : No se necesita.
Paso de Frontera               : Sin problemas. Muy amables. A la salida si revisan bastante, supongo por el tema de la droga, pero muy correcto.
Tasa de Salida                   : Si hay y bastante alta (al menos en avión): 40 $.
Automóvil                           : No hace falta CDP. Hacen documento propio. Mejor hacerse seguro porque la policía lo pide, amenazan con detener el vehículo hasta que se saque, y dada la situación mejor no tentar la suerte. (30 $ por 3 meses, el mínimo).
Combustible/Gasolineras  :  1 galón diesel (3,7 l.)= 3.000-4.000 pesos. Hay suficientes gasolineras bien dotadas.
Moneda                              :  1 $= 2.100 pesos. A veces cuesta encontrar cajeros para Visa- Servired. Hay oficinas de cambio y cambistas en las calles pero andar con cuidado al cambiar.
Carreteras                          : Los peajes más caros de todo Sudamérica, no hay carreteras alternativas   y además  en general están con muchos agujeros. En la práctica con  estos peajes el 80 % de la población ha sido echada de las carreteras (en el recorrido Cartagena-Bogotá-Cartagena tuve que pagar 140 $ de peajes, es decir poco menos que el salario mínimo). Las principales son seguras, al menos de día, pues están controladas por el ejército, aunque al ver a los jóvenes soldados medio dormidos en sus casamatas no sé qué pasaría ante un ataque.
Otros                                   : La imagen que se tenía de Colombia ha cambiado bastante al menos en lo que se refiere a las rutas principales y mayores ciudades. Se ve mucha policía pero tal vez están todos cansos de tanta guerra (incluidos los actores principales) y sin olvidar que estamos en Sudamérica es relativamente seguro. Gente muy amable y servicial.  Algo más caro que Venezuela. Internet barata y rápida. Policía para mucho pero no incordia demasiado aunque intenta la mordida.(la colaboración).
                                          Crónicas