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  Crónica de : Jose E. Santacara
 

Crónica:  39
  Fecha: 2.005-V-20
 
Kilómetros desde Carcastillo: 100.750
  Transmitida desde:  Santiago  (Chile)                             Argentina  II  -  Brasil  I   (79.700) Latitud   : 33º 27º  S
Longitud: 70  38   O
 

Por fin he dejado atrás la preocupación que tenía por bordear el sur de Argentina y Chile a las puertas del invierno; me he encontrado con hielos y nieve pero aparte de las precauciones normales (me tenían preocupados los más de 1.000 km a hacer por la mítica Ruta 40 de ripio Argentina)  no he tenido mayores problemas, e incluso el paso definitivo a Chile por Bariloche no lo hubiese podido hacer una semana antes precisamente por una gran nevada. que hubo. Qué duda cabe que el paisaje con todos los montes nevados estaba precioso, e incluso la subida que hice hasta el  mirador de Las Torres del Paine con bastante hielo y nieve en abundancia fue de las que no se olvidan. He aprovechado la estancia en Santiago para hacerle una puesta a punto a Ibiletxe con la condición de estar yo delante): cambio de correa de transmisión-tensor, rótula izquierda de la dirección que desde que se rajó la goma protectora en Pakistán tenía los días contados por la perdida de la grasa, nuevamente la bomba de la servodirección que se desgasta prematuramente por las virutas que quedarían al haberme vaciado el chapuzas de Chitral el líquido sin volver a ponerlo después, y los consiguientes cambios de aceite y filtros; por lo demás el rodamiento de una rueda trasera tiene un poco de juego, algún sincronismo de la caja de velocidades parece esté un poco gastado y mete algo de ruido, pero espero no tener problemas hasta el final del viaje. Es curioso que el nivel de vida y los sueldos son muchísimo más bajos que allá, pero la factura pasada, tanto mano de obra como piezas, está a nivel Europeo, y algunas cosas hasta por encima!
Casi seguramente volveré a entrar en Brasil a través de Bolivia ( no corren muy buenos vientos por ella en estos momentos por el tema de las regalías petroleras y de gas), por lo que volveré a hacer otra crónica sobre ella donde pondré los datos generales y el pequeño apartado musical. La idea es ir en barco de Porto Velho a Manaus, en pleno amazonas, y de allí por carretera asfaltada hasta Venezuela.


 

 

Reentrada en Argentina
         Vuelvo
a entrar en Argentina por Posadas para poder ver la Misión Jesuítica de San Ignacio, y a continuación subir hasta Iguazu por el corredor Argentino que delimitan Paraguay, Uruguay y Brasil.
Misión de San Ignacio
         Paso
rápidamente las dos fronteras sin ningún problema, a los pocos km. me desvío a la derecha y enseguida me encuentro delante las ruinas de la misión.  Estas se regían por tres principios: vivir todos igual, trabajar la tierra entre todos y la práctica

 

religiosa que regulaba todas las horas del día. La expulsión de los jesuitas en 1767, bajo la presión de los poderes fácticos de la zona y con la bendición del Vaticano, trajo la ruina a ellas y a los que alli  vivían: fueron abandonadas, saqueadas, y el tiempo y su tosca construcción hicieron el resto. Las ruinas de San Ignacio no tienen la grandeza de las de Paraguay, y una de las cosas más singulares es un  árbol que literalmente se ha comido una columna de piedra de metro y medio de altura, que aún se puede ver por una pequeña rendija del tronco del árbol a través de

 

la cual pareciese respirar y pedir auxilio.
Hasta Iguazu
      Son
350 km. por lo que en tiempos fuera la selva del Paraná y de la que ahora sólo quedan trozos discontinuos pero que dan idea de su pasada grandeza. Las hojas de los árboles y la  hierba con su color verde pálido están ya suplicando la llegada de la época de las lluvias que probablemente no se hará esperar mucho. Dejo la entrada de las cataratas a mi derecha y continúo hasta Puerto Iguazú para ver por

 


 

 

 

última vez a Jose Ignacio y Cristina que desgraciadamente le tienen que decir adiós a las  vacaciones. Acaban de volver entusiasmados de su viaje por el sur de Argentina y Chile, y todo son alabanzas para la maravilla de Iguazú que veré mañana. Duermo en el parking de su hotel, y al día siguiente nos despedimos hasta dentro de unos meses, cuantos?: pregunta difícil de contestar. Aunque nos hemos visto 4 veces, es como si hubiese viajado con ellos todo el mes, intentando compaginar el viaje con sus itinerario, y la despedida a pesar de las
   Paisaje Brasileño camino de Sao Paulo
apariencias cuesta; es por ello que me subo a Ibiletxe y me dirijo rápidamente a las cataratas para intentar olvidar una cosa con otra.

I-guazu: Agua grande

      Eso
es lo que significa en la lengua Guaraní; estos llegaron a la zona en busca de la Tierra sin Mal, que era el paraíso prometido por sus dioses a través de los sueños; el Guaraní sabía que tenía que morir

 


                2º recorrido por Argentina, y 1º por Brasil
y no le tuvo miedo a la muerte, pero su ideal eran los hombres que,   al alcanzar un tal grado de perfección sin morir pudieran pasar a vivir en aquella Tierra sin Mal donde las plantas crecen por sí solas y en abundancia, y donde el convite y la danza no conocen fin ni cansancio: tal vez esta Tierra sin Mal estaba en Iguazu, pero ya no están los Guaraníes para disfrutar de ella, ni gran parte de la vegetación que tenía. Me mentalizo que va a ser un día de mucho sudar, pues el calor es muy grande, estamos a 17 de Febrero es decir pleno verano, y a esto hay que añadirle  una humedad cercana al 100 %. Tomo un pequeño tren que circula entre la selva llena de mariposas a cual más bonita, y después  debo andar unos 500 por unas pasarelas para llegar al balcón del Diablo desde donde se observa la catarata mayor:: según me voy acercando  el ruido del agua al despeñarse por la cascada  va en aumento hasta hacerse casi ensordecedor al llegar a ella. Veo al  río Iguazu venir  caminando tranquila y sosegadamente cuando de repente encuentra en su cauce un capricho de la naturaleza:  un precipicio de más de 50 m. por

 

el que sus aguas no tienen más remedio que despeñarse, chocando contra las rocas, intentando remontar de nuevo para al final estrellarse contra el fondo mostrando su dolor con grandes nubes de vapor. Casi no puedo sacar fotografías por la fina lluvia  que llega hasta la pasarela, y es comprensible el enfado del río que ha visto
                             Curitiba
alterado su curso de una manera tan brusca. Parte de el intenta evitar la gran cascada huyendo por el lado derecho pero al final debe precipitarse por otras más pequeñas pero no por ello menos espectaculares. Ciertamente la unión de los precipicios (que por sí solos serían ya un gran espectáculo) con el agua desplomándose  por ellos es algo difícil de explicar y me quedo ensimismado viendo cómo el agua cae y sigue cayendo, sin que nada ni nadie la pueda detener. Me voy a hacer los circuitos superior e inferior desde los que se ven las otras cascadas "menores", pero que por sí

 


 

 

solas justificarían la visita: la vista no se cansa de ver y me olvido totalmente que voy empapado en agua, mezcla de sudor y de las salpicaduras de los saltos. Dejo para mañana la visita a la pequeña isla de San Martin y el circuito Macuco para ver la flora y fauna del lugar, me doy una ducha en Ibiletxe y en el  mismo
                            La cascada grande
aparcamiento, ceno allí mismo y me voy a dormir enfrente del restaurante donde ayer cené con Cristina y Jose Ignacio: se ven coches aparcados, y aunque estamos cerca de la peligrosa triple frontera parece un lugar tranquilo, si vienen a robar Ibiletxe me tendrán que llevar con ella!. Al día siguiente vuelvo al balcón del Diablo y me vuelvo a quedar fascinado con la imagen del río Iguazu desplomándose por el precipicio y formando una gran nube blanca de vapor al fondo. Desde los miradores de la isla de San Martín vuelvo a tener preciosas vistas de las cataratas "menores", y el circuito Macuco me sirve de relax para tanta excitación. Vuelvo al mismo lugar para dormir, y hacia las 2 de la madrugada unos ruidos me despiertan: miro por las cortinillas y me veo rodeado

 

de jóvenes. empiezo a coordinar un poco y me doy cuenta es viernes y según creo el primer día que se abren los Boliches (discotecas) desde lo de Cromañon. Para colmo uno de ellos saca unas llaves e intenta abrir el portón de atrás: pego en el cristal, se queda sorprendido al ver alguien dentro, saca la llave y se van a seguir hablando al coche de al lado como si tal cosa. Me voy a seguir durmiendo a otra zona más tranquila, y al día siguiente rumbo a Brasil.
Brasil
      Se
suele decir que Brasil es el país del futuro, para a continuación añadir:..".y lo seguirá siendo". Tiene todo lo que podría desear un país. territorio, riquezas, población, costa, clima, pero también una pequeña población muy rica, muy avariciosa y codiciosa producto de la colonización portuguesa, que poco piensa en Brasil y mucho en su bolsillo y bienestar propio a costa de mantener a la mayoría  de la población en la pobreza o niveles cercanos a ella. Brasil es uno de los países del mundo con unas diferencias más acusadas entre ricos y pobres, que debido a esto va avanzando dando tumbos, aunque ahora se han abierto grandes expectativas con la presidencia de Lula que sin embargo se encuentra  bastante atado por pactos, alianzas y por qué no decirlo, por una realidad que por poco que guste  ahí está.
Frontera
      No
tengo ningún problema, y lo primero que hago es ir a ver las cataratas de Iguazu pero desde el lado Brasileño. No hay los recorridos y bonitos caminos que encontré en Argentina, sino miradores que ofrecen tal vez las mejores vistas de conjunto de las cataratas, y al final pienso que tenían razón cuando me dijeron: "Las cataratas desde Brasil se ven, pero desde Argentina se sienten".

 

Recorrido por Brasil
       Pienso
 dedicarle nada más que 10 días a Brasil, por lo que el recorrido no puede ser muy largo: decido ir a Sao Paulo a través de Cascavel, continuar a Río de
                      Otras cascadas en Iguazu
Janeiro, vuelta a Sao Paulo y de allí a Uruguay a través de Curitiba, Florianopolis, Porto Alegre y Pelotas.
A Sao Paulo
       El
paisaje es muy bello, con pequeñas colinas sembradas principalmente de soja,  haciendas con ganado vacuno y de vez en cuando manchas de arbolado que recuerdan que no hace tantos años esto formaba parte de la gran selva del Paraná que llegaba casi hasta el mar. Paso al lado de Cascavel con sus barrios nuevos de edificios de mil colores y los pueblos cada vez más cercanos entre sí al lado de la carretera me indican que me estoy acercando a Sao Paulo.
Sao Paulo
        Hasta
aquí los pequeños pueblos y las casas aisladas no tenían  mala pinta, las tierras se ven muy

 


 

 

ricas, pero según me acerco a la gran urbe empiezo a observar más miseria, peores casas e infraestructuras. Sao Paulo es una gran metrópoli de cerca de 20 M. de habitantes, en cuyos alrededores se concentra el 40% de la industria Brasileña, pero que también está rodeada de barrios enteros de fabelas donde viven millones de desheredados que esperan con estoicidad la llegada de tiempos mejores. A la entrada en la capital se forma un gran embotellamiento,  tardo 1 hora en recorrer 1 km.!, y de repente me encuentro rodeado de grandes rascacielos en la Avenida Paulense: en 1890 aquí no había nada, pero entonces la naciente burguesía  decidió hacer una gran avenida que fuese el corazón de la ciudad con edificios de todos los estilos: moderno, neoclásico, francés,
             Sao Paulo desde uno de los barrios
morisco etc., y todos ellos junto con los grandes edificios de los 90 y el moderno metro le confieren un carácter muy peculiar. Me cuesta un buen rato salir de la ciudad, paro en una gasolinera y sorprendentemente debo usar la manta para dormir a pesar de ser pleno verano y estar más arriba del trópico.

 

Rió de Janeiro
     La
carretera que une estas 2 grandes ciudades está en muy buenas condiciones y es muy amplia, aunque hay que pagar peaje que me parece caro para la realidad del país. Aunque es todavía pronto paro a 20 km. de Río en una gasolinera para descansar y "observar " la situación, pues es una  ciudad con bastante mala fama: seguramente no será para tanto, pero más vale prevenir.

                                 Río de Janeiro
Como en Sao Paulo me cuesta bastante entrar, y también al igual que allí me encuentro de repente escoltado por grandes rascacielos que me pregunto de dónde han salido. Se dice que es una de las ciudades más inseguras y peligrosas del mundo, pero veo un aparcamiento al lado de un kiosko de periódicos, y sin pensármelo 2 veces le comento al dueño que será un momento mientras saco unas fotos, pues me doy cuenta estoy en pleno centro, rodeado de edificios emblemáticos. Delante tengo el Senado, al lado la Biblioteca y el Teatro municipal, y un poco más lejos un precioso convento colonial

 

Portugués del siglo XVII. Voy corriendo a todos estos sitios y por suerte nadie a tocado a Ibiletxe en los 15 m. transcurridos. A continuación me dirijo al Pan de Azúcar, tal vez la vista más conocida de Río: se trata de una pequeña montaña redondeada a la orilla del mar hasta la que se puede subir en un funicular. Las vistas desde lo alto son impresionantes, incluido el monte Corcovado en cuya cima veo  entre la niebla el famoso Cristo con los brazos abiertos bendiciendo a la ciudad, aunque no sé a cual de ellas si la rica o la pobre, pero tal como van las cosas parece que a la primera. Río es un gran desorden urbanístico, si se exceptúa el centro, pero está construida en una zona de gran belleza, con la
Río de Janeiro desde el Corcobado, con el Pan de Azúcar al fondo.
selva casi bajando hasta ella, y hubiese sido casi imposible hacer algo feo en un lugar como este: las fabelas colgadas de las colinas circundantes rodean prácticamente toda esta gran ciudad de 6 M. de habitantes, y con estas inmensas  bolsas de pobreza que están esperando  su oportunidad  para bajar a

 


 

 

disfrutar de la opulencia que ven abajo todos los días, no es de extrañar el clima de inseguridad en el que viven los pudientes. Me dedico a ver la ciudad y sus playas tan famosas y al parecer peligrosas, de Copacabana e Ipanema pero no me dan tal impresión pues están llenas de policías. El centro es espacioso con grandes plazas, y es curioso cómo al final de muchas de sus calles se ven las fabelas que han ido trepando por las colinas. Llega la hora de dormir y
                                      Curitiba
empiezan los problemas, pues esta vez sí que intento elegir con cuidado un lugar que me parezca suficientemente seguro. No ocurre nada y al día siguiente subo al Corcovado: está en plena selva que fue prácticamente destruida para cultivar café, aunque últimamente ha sido reforestada en parte; hay mucha niebla y la ciudad se ve a ratos entre el algodón de las nubes, pero el Pan de Azúcar aparece lo suficientemente limpio para hacerme las consabidas fotos.
Hacia Uruguay
      Es
ya 24 de Febrero e inicio el regreso a Sao

 

Paulo, me meto por un barrio cercano a  la ciudad y observo que todas las casas están con verjas metálicas, algunas incluso electrificadas: esto no es vida!. retomo la general y paro a dormir en una gasolinera muy bien montada, con ducha incluida. Un Brasileño que va en autocaravana y también se ha parado a dormir; me dice que es de Sao Paulo trabaja como  funcionario de aduanas y nos ponemos a charlar un rato:
.- En Brasil si quieres circular con seguridad tienes que ir por las  carreteras de pago, pues las demás están llenas de agujeros; no obstante las Br, carreteras estatales, a veces están bien y normalmente son gratis.
.- Se ve bastante pobreza en los alrededores de Sao Paulo-.
.- En Brasil el 65 % de la población es pobre; hay un 25 % que vive más o menos bien, y un 10 % de gente rica-. me contesta.
.- Y qué tal con el nuevo presidente Lula?-.
.- A mí personalmente no me gusta porque mira
                                Florianópolis
demasiado por los pobres-.

 

Normal que trabaje por la mayoría de la población, me digo a mí mismo. Curiosamente Lula está teniendo problemas con los del movimiento "Los sin tierra", que le achacan no hacer lo suficiente por los más humildes.
A Florianópolis
       Paso
por Curitiba, capital del estado de Paraná, en el camino   a Florianópolis situada en la costa; es una impresionante carretera Br de montaña de 3 carriles bastante nueva, y que tal como me dijo el Brasileño no es de pago. Me acuerdo cuando Javier, hablando sobre la deuda externa me decía en Calilegua:
.- Al menos en Brasil se ve la deuda en las carreteras que han construido-.

                     Fabelas en Río de Janeiro
Y ciertamente esta ha tenido que ser costosísima: otra cuestión sería si está justificada o no. Llueve durante casi todo el camino y a veces es tan intensa que me tengo que parar, pero el paisaje es muy bonito, con pequeños poblados diseminados entre los árboles. Florianópolis fue fundada a principios del siglo XVIII, y tiene un centro colonial muy bonito, cercano a una

 


 

 

extensa playa flanqueada de grandes y modernos edificios fundamentalmente para veraneantes.
Porto Alegre
        La
carretera sigue igual de bien con paisajes parecidos pero ya no tan montañosa. Al llegar a la
                     Costa cerca de Porto Alegre
ciudad pretendo ir a ver el paseo marítimo y un policía motorizado me pregunta:
.- A donde vas?-.
.- Quiero ir a ver el puerto-.
.- No te lo recomiendo; está obscureciendo y puede ser peligroso-.
.- Bueno, entonces para ir al centro de la ciudad?-.
.- Es por ahí, pero también andarte con cuidado por las horas que son-.
Habla tan claro que le pregunto:
.- Eres Argentino?-.
.-No, soy Gaúcho-.
Así se llaman a sí mismos los habitantes de esta zona

 

del Brasil. Hay que reconocer que los policías Brasileros son todos muy amables
A la frontera 
        Según
sigo bajando el paisaje se vuelva más seco, y hasta la frontera con Uruguay hay unos 500 km. con la carretera discurriendo al lado de marismas, en las que se ven gran cantidad de aves que apenas puedo contemplar pues voy preocupado con el gasoil que se me está acabando y no se ven gasolineras. Al final me debo parar al lado de una casa donde hay varios camiones, un 
                  Pueblo cerca de Porto Alegre
camionero saca gasóleo de su tanque con una manguera, y me da el suficiente para llegar a la siguiente estación de servicio.
Chuy
      El
28 de Febrero paso la frontera de Brasil y llego a Chuy que es una ciudad muy curiosa: está pasada la frontera Brasileña y antes de la Uruguaya, siendo la calle mayor la que separa simbólicamente ambos países, tan pronto estoy en Brasil cono en Uruguay,

 

se utilizan indistintamente ambas monedas, y me da la impresión que tiene más vitalidad el castellano que el portugués. En realidad todos pertenecen a ambos países independientemente de sus pasaportes, y me imagino que dada su sui géneris y curiosa ubicación estarán vacunados contra patrioterismos estúpidos. Continuo camino hacia Uruguay, aunque ya estoy en él sin haber salido de Brasil. me gusta la situación.

Chuy: a la izquierda Uruguay, y a la derecha Brasil.

 

 

 
                        Un bar en Curitiba
     
                          Bonitas casas en Cascavel
 

 
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