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Crónica de : Jose E. Santacara

Crónica 36
Fecha:2.005-IV-4
 
Kilómetros desde Carcastillo: 88.850

Transmitida desde :Urdampilleta  (Argentina)                                 Japón  (75.140)     
Latitud   :36º  25' S
Longitud: 61º 25' O

 

 

Entre oriente y occidente
       El
dios Izanagi y la diosa Izanami se inclinaron hacia la tierra desde su puente flotante del cielo y revolvieron el océano con su lanza.  Gotas doradas
                Puerta del templo de Miyajima
desprendidas de ella dieron origen a la primera isla Japonesa: Onogozo; una vez en ella, la pareja de dioses crearon al país de las 8 islas: Japón.
En mi esfuerzo por retrasar la despedida de Asia, y aprovechando que en este maravilloso viaje casi todo es posible, me vuelvo a introducir en ella tal vez por su país más emblemático al menos en Europa.
Japón, después de las grandes aportaciones culturales que le llegaron de China (entre ellas la escritura), por su condición de insularidad vivió prácticamente aislada del mundo exterior hasta el

 

siglo XIX. Pero en 1.853 el gobierno Norteamericano mandó a Japón una flota al mando del comodoro Perry, con la orden de que abriesen varios puertos al comercio exterior. Japón no podía oponer ninguna resistencia militar, y temiendo una invasión y posterior colonización tal como estaba ocurriendo en China, el sogunado decidió aceptar. El país no sin gran resistencia de los sectores más conservadores, se lanzó a una occidentalización frenética: muchos estudiantes fueron mandados a las universidades extranjeras y se industrializó rápidamente el país; junto con ello se creó un gran ejército y flota naval
                              Música de corte
que después de grandes éxitos militares le hicieron creer que podía ser el amo de la zona, siguiendo los pasos de sus maestros europeos y norteamericanos.

 

En 1.941 entró en guerra con estos últimos por el control de los mercados Asiáticos: la guerra la tenía perdida aún antes de empezarla, y por si fuera poco cuando ya estaba prácticamente terminada vio cómo 2 de sus ciudades:  Hirosima y Nagasaki eran arrasadas por 2 bombas atómicas. El país salió totalmente devastado de la guerra, pero precisamente otra (la de Corea de 1949 a 1953) fue el inicio del llamado milagro japonés que todavía dura.

                                 Casa japonesa
Llegada a Japón
        Con
la excitación propia del momento las 11 horas del viaje se me pasan bastante rápidamente. No empiezo con buen pie pues la grabadora se me rompe en el avión, y además me borra 2 minidisk con casi toda la música de Australia, y toda la música de

 

 

 

 

Nueva Zelanda y Nueva Caledonia: un verdadero desastre. En la frontera no tengo ningún problema y automáticamente me conceden 3 meses de estancia; al llegar a la sala principal del aeropuerto me quedo un rato mirando a todos lados como para cerciorarme que estoy realmente en Japón: durante todo el viaje he visto cantidad de turistas Japoneses pero por primera vez los veo en su propia casa.
A Tokio
     Quedo
con Tanaka en la estación de Ueno y hacia allá me voy en un tren de
           Joven japonesa con kimono
cercanías; el precio del  billete me avisa de lo que me espera: 20 $ para un trayecto de unos 25 Km!. Tanaka ya me está esperando

 


                                 Recorrido por Japón en tren
y me recibe con una sonrisa tranquilizadora; sin embargo después de saludarnos me dice:
.- Para hoy no te pude encontrar casa pero ya te he buscado un hotel económico-.
Me quedo preocupado pero el me tranquiliza:
.- Son malos días por las vacaciones pero para mañana ya te encontraré, no te preocupes-.
Dicho y hecho, hace varias llamadas y me consigue  para mañana día 3 y para el 4. El hotel a pesar de ser de los económicos cuesta 60 $ y  la habitación responde a esa idea que se tiene de las Japonesas: las puertas de separación son de papel sobre estructuras  de madera, hay varios cuadros de paisajes japoneses y litografías, y el colchón está directamente colocado sobre el suelo en medio de la habitación. Como curiosidad la tapa del water se puede calentar y el agua de la cisterna previamente cae a un lavabo para así poder lavarse las manos: verdaderamente he cambiado de país y de cultura.
Amaneciendo en Tokio
      Ueno
es un barrio céntrico de la ciudad con varios museos y un parque con grandes zonas verdes; cerca del lago encuentro un templo

 

budista y me recreo observando a la gente mientras hacen sus ofrendas de incienso y rezan por un momento con las manos juntas e inclinando la cabeza. Al mediodía me vuelvo a encontrar con Tanaka y comemos en un restaurante popular Japonés: es sorprendentemente barato ( 3 E.) y son 3 platos, aunque no llego a enterarme bien lo que como.
Con Ida
         Así
se llama el miembro de Servas a cuya casa voy; al decirle de dónde soy entra
                   Niños en una guardería
en su cuarto y vuelve con una gramática de euskara en sus manos!
.- Hay bastantes palabras similares en japonés y vasco pero al parecer son meras coincidencias- le digo sin salir todavía de mi asombro.
Es una persona muy instruida y hablamos bastante en los 2 días, además le gusta cocinar y me hace unos deliciosos guisos japoneses: sukiaki, tempora, Raamie, todo ello regado con licor casero: humesho. El sábado me lleva a un bosque cercano y me quedo ensimismado viendo los árboles

 

 

 

autóctonos con sus hojas de mil colores: predomina un color rosado pálido que no había visto antes y que da un aire melancólico al lugar.
Un apartamento en Tokio
       El
domingo 5 le llamo a Tanaka:
.- Si te interesa tengo un apartamento vacío sin agua caliente ni gas para cocinar donde podrías estar unos días- me dice
.- Por supuesto que me interesa- le contesto todo contento.
Me lleva primero a una reunión en su barrio entre japoneses y extranjeros cuyo objetivo es estrechar los lazos de amistad, y participo de la ceremonia del té, que tiene todo un ritual para prepararlo y beberlo. El apartamento está un poco lejos del centro, en
Hiyoshi, pero es más de lo que esperaba: estar en Tokio con apartamento propio! Viene el hermano de Tanaka que vive al lado y me empieza a bombardear con preguntas sobre el País Vasco del que está bastante informado. me sigue sorprendiendo lo informados que están, aunque no me extraña pues se venden tantos periódicos al día como en EEUU a pesar de ser menos de la mitad de habitantes.
Lo primero al día siguiente es ir a cambiar el vuelo a

 

San Francisco para el día 24 y después de discutir un poco lo consigo; a su vez decido utilizar el Rail Pass desde el 13 al 19 con lo que tengo una semana para visitar Tokio
Akihabara
       Lo
primero es comprar otra grabadora: la zona de la electrónica está en el distrito de Akihabara y cuando llego es un hervidero de gente preguntando,
                               Vista de Tokio
comprando, mirando en los grandes almacenes llenos de tiendas donde se pueden encontrar las últimas innovaciones de la electrónica de consumo: los precios para lo caro que es Japón son bastante competitivos.. Cerca está la zona de instrumentos musicales y tengo la oportunidad de fotografiar a los más populares: Chamisén, Biwa, Koto, Sakuhachi, Nocan etc.
El metro
        Empiezo
a familiarizarme con él pues al principio resulta algo complicado; para empezar en algunas estaciones los rótulos están sólo en Japonés, pero es que además son varias compañías privadas y cada una tiene sus propios billetes y con circuitos separados aunque te indican los enlaces con las

 

demás. De todas formas es un sistema de transporte muy bueno para desplazarse, moderno, cómodo y limpio, donde  te indican  cuándo llega el próximo tren, si es directo o en qué estaciones para etc., aunque resulta caro, pero eso no es ninguna novedad aquí.
Shibuya
       Al
día siguiente voy a Shibuya que es una zona que se desarrolla  a un ritmo acelerado alrededor del mundo joven y está en continua  evolución. Lo veo con tranquilidad, sin prisas, observando a la gente, el ambiente ruidoso y heterogéneo donde se ven  vestimentas extravagantes de mil colores sin que llamen la atención, los edificios todos desiguales, eclécticos pero a su vez dentro de una armonía que le dan a Tokio su originalidad, los edificios del siglo XXI se entremezclan con los del XIX y XX que a su vez dan la impresión de estar hechos hace poco de lo bien cuidados que están; pero lo más llamativo son las jóvenes que ya me gustaría saber las horas que se
                            Tokio: Shibuya
pasan arreglándose porque van impecables y de lo más sofisticadas. Paso al lado de un Ciber inmenso donde la hora vale más de 4 E ( se puede tomar todo

 

 

 

el café o refrescos que uno quiera), y si te quedas todas la noche (8 horas) te sale a 2,5 E la hora (muchos se quedan sencillamente a dormir). Al lado hay máquinas tragaperras, juegos electrónicos de todo tipo y una gama infinita de diversiones. Es la primera vez que no paso semáforos en rojo, nadie lo hace, pero dado que en los cruces de calles los pasos de cebra están también en diagonal cuando se ponen en verde 2 mareas humanas empiezan a moverse dando la impresión que fuesen a enfrentarse. Al día
siguiente, 9 de Diciembre, el hermano de Tanaka me visita: hablamos sobre Japón y me comenta que este año ha habido muchos tifones en su país y en USA:
.- Tal vez son un castigo de los dioses por portarse mal  bombardeando Irak, y a nosotros por haber mandado tropas.
.-Además acaba de votarse en el parlamento la permanencia por un año más de las tropas Japonesas en Irak-añade.
Asakusa
      Es
el barrio tradicional de la era Edo (el Tokio antiguo) con sus calles estrechas llenas de tiendas y casas de madera, donde se encuentra el templo más antiguo de Tokio: el Sensoji que se remonta al año 628 aunque ha sido reconstruido varias veces; las

 

calles son recorridas por carruajes llevados por personas al estilo antiguo, aunque son bastante más modernos que los encontrados en la India y alrededores.
Shinjuku
     Es
como una ciudad dentro de la gran ciudad con grandes áreas de entretenimiento y muchos modernos rascacielos que le dan un toque futurista y hablan de su pujanza; subo a la torre del moderno Gobierno Metropolitano y tengo una espléndida vista de Tokio, una de las ciudades más extensas del mundo:
.- Qué pasará con estos grandes rascacielos cuando ocurra el gran terremoto que están esperando estoicamente? Y con los grandes subterráneos llenos de tiendas y restaurantes?- me pregunto.
No obstante en sus predicciones más optimistas calculan que cuando ocurra podrían morir unas 100.000 personas!
Harajuku
      Otro
barrio tradicional con su gran templo Meiji Jingu de la era Meiji (1868-1913) que es la que abrió el país a occidente. Está construido en un bello jardín con hermosos bonsais y plantas exóticas. Muy cerca
doy un paseo por la Takeshita Dori, la calle de moda

 

de los más jóvenes donde se les puede ver vestidos de las maneras más curiosas: jovencitas vestidas de bebés incluso con chupetes colgando, ellos vestidos todo de negro, peinados y gorras de lo más estrafalario, y todo ello sin que al parecer le extrañe a nadie.
Kabuki
      Es
el teatro nacional por excelencia. Voy con Tanaka y sacamos entradas para ver las 2 primeras partes musicales ( el espectáculo completo dura 5 horas y se puede ver por partes). Veo mucha mujeres vestidas con kimonos tradicionales que en realidad no es algo para lucirlo en días especiales, pues muchas de ellas lo utilizan diariamente combinando pasado con futuro. El teatro gira alrededor de historias populares japonesas y tiene la particularidad de que todos los actores son masculinos (se suele decir en plan jocoso que el protagonista es una de las mujeres más bellas de Japón). La música con
instrumentos tradicionales: Chamisén (especie de bandurria), Yokobae (flauta) y Zuzumi (tambor pequeño) y la danza se compenetran perfectamente; los movimientos son lentos, pausados, acorde con los vistosos kimonos que visten y continuamente está jugando con los abanicos que llevan desplegados. Todo es estética pura con los músicos

 

 

 

en un ángulo perfectamente ordenados en varios escalones. El eskiaki comido con Tanaka en un
restaurante típico japonés es un digno colofón para este día.
Hacia Hiroshima
       Es
hora de conocer el sur de Japón. Voy a Shibuya, canjeo el Rail Pass por el pase semanal del 13 al 19, hago la mochila, dejo algunas cosas en el apartamento  hasta la vuelta y me voy a la estación de tren. Accedo directamente a ella a través del metro y veo por primera vez los famosos Shinkanshen o tren bala, llamados así por la velocidad a la que van: se acerca majestuoso y suave con su característica línea aerodinámica tan pronunciada. Subo a él y al poco rato me doy cuenta que es el Nozomi (son los más modernos parando en muy pocas estaciones intermedias, y es el único al que para usarlo debería pagar un suplemento); en la pantalla frontal veo vamos a 300 km/hora, pero da la impresión que estuviésemos parados: no se nota el más mínimo traqueteo. Los revisores pasan varias veces pero no importunan al viajero; en todo caso es éste el que les llama para pagar el billete si no lo llevan o el suplemento correspondiente.  Pasamos cerca del mítico Fujiyama, y en 2 horas recorremos los 500 km

 

que nos separaban de Kyoto.
Kyoto
      Al
salir al hall central de la estación enseño mi pase nominal y no me exigen ningún suplemento pues tampoco saben en cual he venido. La estación es impresionante con un diseño muy modernista, y al parecer levantó bastantes críticas cuando se construyo por tratarse de una ciudad muy tradicional. Para los 2 próximos días no he encontrado alojamiento, así que voy a un backpaker donde una cama en una habitación para 6 vale 30 E!, aunque tienes la posibilidad de cocinar y además es muy nuevo y moderno.

                        Teatro Kabuki en Kyoto
Kyoto fue la capital de Japón durante 800 años, desde el 800 hasta 1603, cuando se trasladó a Edo, la actual Tokio, pero continuó siendo la capital imperial (como lo atestigua el magnífico palacio imperial y la gran cantidad de edificios importantes que atesora) y es el gran centro cultural de Japón. Alquilo una bicicleta y es una gozada circular con ella por sus calles de llenas de casas de madera o admirar sus esplendidos templos que llenan la ciudad. Todo esto estuvo a punto de desaparecer pues Kyoto era una de las ciudades con la macabra "suerte" de haber

 

sido elegida para lanzar sobre ella una  bomba atómica al final de la 2ª guerra mundial.
Osaka y Kyoto
        Con
el pase no tengo ningún problema de desplazamiento, así que al próximo día tomo otro shinkanshen, esta vez un Hikari, (prácticamente igual que un Nozomi pero que para en más estaciones), y en 20 m. recorro los 50 km. y me presento en Osaka, además con la ventaja añadida de que estos trenes te dejan prácticamente en el centro de la ciudad gracias a una sofisticada infraestructura. Visito el castillo
medieval primorosamente  reconstruido, y a continuación voy a ver un museo dedicado a instrumentos musicales de todo el mundo y cuya dirección me la dieron en Nepal hace 10 meses; forma parte del conservatorio de música y al principio se quedan un poco sorprendidos que supiese de su existencia. Les explico los motivos de mi visita y son todo amabilidad: la encargada me va abriendo las vitrinas una por una para que pueda filmar y hacer mejor las fotografías y es como si de repente volviese a rememorar todo el viaje en una hora. El museo es encantador, muy bien organizado, y ante mí van desfilando Turquía, Irán, Pakistán, India, China,

 

 

 

Thailandia, Vietnam etc, y con cada uno de ellos los recuerdos afloran a mi cabeza. Por si fuera poco me regalan un libro con fotografías a color de todos los instrumentos: son de esas visitas que no se olvidan. Me vuelvo a Kyoto para cargar las baterías de las cámaras y de nuevo a Osaka ya de noche (ciertamente esto del pase es una gozada pues
                        Calle típica de Kyoto
además hay trenes cada 10-15 m.). La visión es distinta: el centro es una explosión de luces de  colores iluminando los grandes edificios; loa almacenes parecen hoteles de lujo y me imagino estar en una ciudad del siglo XXI. De vuelta en Kyoto, al día siguiente 16 de Diciembre me dedico a visitar la ciudad a pie: en el mausoleo Nishi Otani tengo la suerte de grabar una música religiosa (al verme grabando desde el exterior me invitan a entrar en el templo en lo que parece ser una ceremonia sólo para ellos) que si bien da la impresión de ser muy antigua, de alguna manera me suena a música contemporánea. Los magníficos templos se suceden unos a otros: el Kenninji, el fastuoso Ginkakuji con sus grandes

 

estructuras de madera y tantos otros. Kyoto es una ciudad para permanecer varios días sin aburrirse en absoluto.
Himeji
       En
el camino a Hirosima se encuentra esta ciudad
famosa por su castillo medieval, el más impresionante de todo Japón. Construido a principios  del siglo XVII, en él se vivieron episodios importantes de la moderna historia japonesa; en la década de 1930 se remodeló totalmente, pero guardando fidelidad total al modelo original de 6 pisos de madera construidos
con grandes vigas de cedro japonés, que van disminuyendo hasta la cima.
Hiroshima: la ciudad mártir
     Del
castillo a la estación no hay más de 15 m. andando, y nuevamente me encuentro en el shinkanshen camino de Hiroshima, la ciudad que junto con Nagasaki se utilizó de conejo de indias para ver los efectos de un bombardeo atómico. Al salir de la estación me encuentro un poco extraño al ver tanto edificio moderno, queriendo imaginarme cómo estaría todo esto hace 59 años. Tomo un tranvía muy

 

moderno que lleva hasta la Cúpula de la bomba atómica: al bajar de él giro y me encuentro frente a la famosa cúpula semiderruida tantas veces vista en fotografía de la prefectura de policía, que al estar

                 La cúpula hoy y hace 59 años
hecha de hormigón fue de las pocas estructuras que no colapsaron totalmente. Tal vez sea el momento más triste de todo el viaje y un nudo se me hace en la garganta al rememorar semejante tragedia: el 6 de

 

 

 

agosto de 1945,  90000 personas morían instantáneamente y 80000 más antes de fin de año por efecto de la radiactividad. Los japoneses cometieron muchas atrocidades durante la guerra en China, Indonesia, Filipinas etc.,  pero los Norteamericanos, una vez que aquellos picaron en el anzuelo de ir a la guerra sabían que era cuestión de tiempo el ganarla, y en cuanto pudieron se ensañaron sin miramiento ( eso si: eran las bombas las que mataban, no ellos). Llamo a Midori y su marido me viene a recoger a la estación de metro  La cena al estilo japonés ya está preparada y me resulta complicado el acomodarme y sentarme bien en el suelo (en Pakistán también se
comía así pero era todo más informal); en la cena está una amiga de ellos que sabe algo más de inglés y mal que bien nos hacemos entender. Para cuando me levanto al día siguiente Midori ya me ha preparado el desayuno (esta vez en la mesa alta), y un termo con té y algo de comer: para que me lleve: parece una etxekoandre.
.- Estate aquí para las 6 de la tarde pues te llevaré a un

 

ensayo de música tradicional-.
.- Está bien no faltaré-.
Cerca de la cúpula está el museo conmemorativo, muy triste de ver y aún lo es más porque a la vista de lo que está pasando en el mundo últimamente, muchas de las proclamas contra la guerra que se pueden leer y frases como "No más Hiroshimas" suenan a
                       Tranvía en Hiroshima
palabras huecas. Pero lo que me resulta más escalofriante es leer en los documentos Norteamericanos ya desclasificados de aquella época, con qué frialdad y sadismo se planeó la destrucción de estas ciudades que ni siquiera eran objetivos militares, y el consiguiente asesinato masivo de cientos de miles de personas, incluso prohibiendo que fuesen bombardeadas previamente para así ver mejor los efectos destructivos de la nueva arma. Una vez terminada la guerra las tropas de ocupación impusieron una férrea censura para que lo ocurrido no se conociese, e incluso los heridos por la radiación se quejaban que se les hiciesen análisis

 

pero sin tratarles en absoluto. Por lo demás Hiroshima hoy en día es una ciudad próspera y moderna a la que cada año acuden como en peregrinación millones de turistas tanto nacionales como extranjeros para rememorar aquella tragedia.
El ensayo musical es en el Ayuntamiento, y unos 30 músicos tocando el Chamisén, Koto y Shakuhachi hacen los últimos preparativos para un próximo
festival. Más tarde viene otra chica  a casa para hacerme una demostración del arpa japonés, y ya debo empezar los preparativos para marcharme al día siguiente.
Miyajima
      Ya
es domingo 19 y debo partir para Tokio, pero antes tomo un tren de cercanías para hasta Miyajima, considerada una de las tres maravillas más importantes de Japón. Es un gran templo construido en el siglo XIII para albergar la tumba de Itsukushima y parte de su belleza estriba en que está edificado encima del agua: el arco O-Toru construido 200 m. más adelante en pleno mar es uno de los símbolos de

 

 

 

Japón más conocidos

                         Templo de Miyajima
Nara
       Vuelvo
a Hiroshima, tomo el shinkanshen y me dirijo hacia Tokio pero antes voy a Nara que fuera capital del país entre los siglos VII y IX. Todavía conserva restos de su pasado, pero sólo tengo tiempo de ir a ver el grandioso templo de Kofukuji con magníficas  estructuras de madera y una puerta de entrada que te hace sentirte pequeño.
Á Tokio de nuevo
         Ahora
sí que se ha terminado la vuelta: llego a Tokio a las 10 de la noche y rápidamente al

 

apartamento para dormir, pues han sido 7 días de no parar.
Yokohama
       Los
días que me quedan los dedico a acabar de visitar otras zonas de Tokio como Ikebukuro y Odaiba, una especie de ciudad futurista construida en terrenos ganados al mar y a donde voy en el monorraíl aéreo. También visito  Yokohama pues una profesional del Biwa va a tener la gentileza de tocar
para mí: es un instrumento curioso pues a pesar de tener sólo 4 trastes, al ser altos se consiguen muchas más notas presionando la cuerda en distintas zonas. Canta un poema épico japonés acompañándose con el Biwa, y al hacerlo la voz se le transforma: se vuelve  potente, varonil, saliéndole desde lo más profundo,  mientras  el Biwa con sus modulaciones y rasgueos va describiendo perfectamente los distintos pasajes  de la narración La parte vieja de Yokohama alrededor del puerto es muy bonita y acogedora, y allí se encuentra el mayor barrio chino de Japón; pero casi sin separación y bordeando el puerto está la nueva Yokohama con grandes  rascacielos entre los que está el edificio más alto de Japón, que debido al riesgo de los terremotos, esta ciudad ya ha sido

 

castigado por varios,   "tiene menos de 300 m".

Despedida
     El
día 22 voy a casa de Tanaka, cenamos juntos y hablamos de mi estancia en Japón. Nada hubiese sido lo mismo sin su ayuda y se lo hago saber; al final nos despedimos efusivamente y nos prometemos seguir en contacto hasta que nos podamos ver, ojala pronto. El día 24 me levanto a las 9, termino de hacer la mochila, miro en todos los rincones una y otra vez pues siempre me olvido algo, y empiezo a dejar Tokio poco a poco, sin prisas: el apartamento, voy andando como de costumbre hasta la estación de Hiyoshi (20 m.) yendo con cuidado pues en muchos tramos de la carretera ni siquiera hay espacio para los peatones (la falta de terreno es el gran problema de Japón) e incluso los autobuses tienen que orillarse para dejarse paso mutuamente. En el trayecto me voy despidiendo de las casas que a veces parecen de juguete donde en el espacio más inverosímil estacionan el coche, de los bonsais que se ven en sus jardines, de los pequeños restaurantes con sus grandes linternas de papel multicolores. Al llegar a la estación de metro lo hago del bonito  supermercado  

 

 

 

donde todo parece a estrenar cada día: compro mi última barra de pan que agarro con unas pinzas,  la coloco en una bandeja y voy a pagarla. La dependienta, al igual que todos los días, la introduce
               Fushiyama: símbolo de Japón
delicadamente en una bolsa de papel mientras no para de hablar (supongo que a mí aunque no lo tengo claro), y al final le sonrío y le digo:
.- Arigato (gracias).
y me voy definitivamente mirando de reojo los puestos de venta tan primorosamente preparados. Después Shibuya, Ueno y el tren hasta el aeropuerto de Narita. Durante el trayecto ojeo los billetes de avión y me doy cuenta que el vuelo San Francisco-San Salvador sale a las 0,20 del día 25 y no a las 12,20 como me habían dicho; no obstante en el pacífico se hace el cambio de día y tal como voy viajando se supone gano uno y llegaré a San Francisco el mismo 24 a las 7,40 de la mañana. Supongo que los cálculos los tengo bien hechos pero me queda una pequeña intranquilidad que no se resolverá hasta estar en San Francisco. Por lo demás la llegada a Buenos Aires va a ser bastante movida: Tokio- San Francisco,  San Francisco- San Salvador,  San

 

Salvador- Costa Rica,  Costa Rica- Lima y Lima- Buenos Aires. No quiero ni pensar que pasaría si algún vuelo se retrasa pues los tiempos de espera entre algunos de ellos son bastante cortos. De momento mi cabeza está bastante ocupada con este maravilloso Japón que en unos instantes voy a abandonar para dar el salto a otro continente: América.
Adiós Japón
      Todavía
con la emoción de haberte podido visitar (eso sí , haciendo malabares y equilibrios porque tienes unos precios!), y después de 3 intensas semanas me tengo que despedir de ti y de tu milagro que es una suma de otros milagros. En efecto lo es que en una macrociudad como Tokio (probablemente la que más me ha impresionado del viaje) de 14 M. de habitantes se pueda caminar tranquilamente a
                       En la ceremonia del té
cualquier hora del día sin problemas, que los revisores de trenes apenas te pidan los billetes confiando en la honestidad de los usuarios, que tus tradiciones, costumbres y música tengan un lugar privilegiado en una sociedad tan tecnificada, que tu

 

sistema educativo sea la envidia de muchos países, esa fidelidad a la empresa y al trabajo que muestran la mayoría de tus ciudadanos o que lleves bastantes años en deflación (o has salido ya de ella?) es decir con los artículos bajando de precio (lo cual me resulta muy gracioso) para ser diferente a los demás.  No obstante se suele decir que todo tiene un precio en esta vida, y al parecer cada vez tienes más trabajadores que no quieren estar toda la vida con la
                  Ida preparando la comida
misma empresa, que prefieren trabajar menos y tener más vacaciones, y tus mujeres empiezan a querer ser más libre e independientes. Por otra parte cantidad no es sinónimo de calidad y el vivir en unos apartamentos minúsculos al ser tan cara la vivienda, no creo ayude a vivir mejor y tal vez sea por eso que las salas de juego o los cibers estén llenos de gente muchas veces durmiendo, y no sé si tanta tecnología y automatismo está creando por mimetismo unos ciudadanos con algo de autómatas y bastante soledad que la intentan superar precisamente  con la tecnología, incluidos los móviles de mil colores y diseños que se ven por todas partes. Para terminar

 

 

 

creo tienes un grave dilema pues los mismos que te desmilitarizaron al finalizar la 2ª guerra mundial, quieren ahora que te vuelvas a militarizar para
                   Templo  Kofukuji en Nara
defender no sé qué mundo de no sé qué enemigos: no les hagas caso y sigue como estás pues ya sabes que todavía levantas recelos en la zona y sus razones tienen; además con tu éxito económico has conseguido mucho más de lo que seguramente esperabas conseguir por las armas y ahí está la paradoja que por ejemplo te pasa con China: estáis haciendo grandes negocios mutuos casi a escondidas, como para no levantar recelos entre las respectivas poblaciones.
Música
    
    La música occidental, sobre todo la       

 

Norteamericana está muy metida entre la juventud, pero la tradicional Japonesa goza de buena salud aunque se escucha en círculos más restringidos. La más parecida a la occidental es una especie de pop Japonés llamado Enka que tiene una música muy melosa y siempre en tono menor. El resto es bastante diferente, (música de corte, Myhio) tiene unos
                          Con Suwa en Kyoto
cánones musicales muy particulares y a veces se hace dura de escuchar para un oído occidental. El Kabuki tiene su propia música que se interpreta con el Chamisén ( especie de bandurria de 3 cuerdas), Shakuhachi (flauta) y Zuzumi (tambor pequeño). En la música popular el Koto (especie de arpa alargada que se toca horizontalmente) y el Biwa (como el Pipa

 

 Chino) son muy utilizados. Hay un instrumento muy enigmático, (el que escuché en el templo de Kyoto: el Shoo), especie de órgano de bambú que es
   El Shinkanshen símbolo de la pujanza japonesa
parecidísimo al encontrado en Laos. Mención aparte merecen las bandas de tambores  de diversos tamaños llamadas Taiko, donde la estética en el tocar juega un gran papel. La música de la crónica es un trozo de una canción folklórica de Okinawa acompañada con el Chamisén, unido con otro interpretado con  Koto y Shakuhachi.

 

 


                           Templo en Tokio

 


                       Puesto en supermercado

 


                              Templo en Kyoto

 

Ha llegado la hora de partir y el momento triste de despedir a la familia que tan bien me ha acogido y cuidado: espero que nos volvamos a ver pronto. Con las crónicas más controladas, Ibiletxe revisada y puesta a punto, y el material mejor organizado (nunca se termina de poner al día), salgo hacia el sur de Argentina para entrar en Chile por Bariloche y continuar rumbo norte en la última parte de este viaje. Espero tener suerte como hasta ahora pues intuyo que en esta América tan impredecible me va a hacer falta.


    DATOS  PRÁCTICOS SOBRE :  Japón    

Esta sección será una actualización de datos prácticos que se pueden encontrar, y muy completos, en la web Ruta de los Imperios:
 
www.ruta-imperios.com 

Visado                                : No se precisa. A la entrada conceden estancia por 3 meses.
Paso de Frontera               : Sin problemas, son muy amables.
Tasa de Salida                   : No Hay
Automóvil                           :  
Combustible/Gasolineras  :  1 l.= 110 yens ( 1, 06 E:)
Moneda                              : El yen. 1 E= 104 Yens. Hay cajeros por todas partes y también oficinas de cambio.
Carreteras                          : En muy buen estado pero el transporte rey es el tren con sus famosos Shinkanshen que cubren prácticamente todas las grandes ciudades del país, estando el resto conectado por eficientes trenes de cercanías y a su vez con los metros respectivos. El sistema de autobuses también es muy eficiente.
Otros                                   : Es un país para degustarlo con tranquilidad pero el inconveniente es lo caro que resulta el alojamiento y el transporte. Las comidas japonesas sin embargo resultan asequibles y hay de todo: algunas son de gusto parecido al europeo y otras muy diferentes, pero tienen mucha variedad así que se puede encontrar el alimento apropiado ( lo digo para los exigentes). Internet carísima (más barata de noche) pero muy rápida. La gente muy amable y siempre dispuesta a ayudar. País muy seguro.
                                          Crónicas